Si el Ministerio de Educación y Ciencia (MEC) fuera feminista…
Las vivencias generan aprendizajes, ideas y visiones del mundo, las cuales son recogidas en este artículo a partir de las experiencias de militancia estudiantil, docencia, investigación y formación continua; recogidas sistemáticamente en notas de voz nocturnas, apuntes de reuniones y asambleas, lecturas y diálogos académicos; conocimiento que permite generar supuestos sobre una educación que se enriquezca con el aporte del enfoque feminista de la formación de los seres humanos.
Redactado por @MiradasPedagogicas.py910_220 | 23-octubre-2023
Conceptos Claves: Educación – Feminismo – Ideología – Ministerio de Educación – Pedagogía
Introducción
En un breve ejercicio de pensar en voz alta, a continuación, se ensaya una mirada de la educación paraguaya a partir de la hipótesis de un enfoque feminista que contribuye a mejorar la calidad, justicia, equidad e inclusividad de la escuela, el colegio y la universidad; instituciones que entrar en el ámbito de gestión del Ministerio de Educación y Ciencias.
Toda hipótesis es un supuesto sobre una realidad que se está comprendiendo y que, al mismo tiempo, se está reconstruyendo desde una perspectiva de aporte feminista, lo que permite introducir una variable de debate sobre la búsqueda de un sistema educativo de mayor calidad pedagógica, pertinencia de época y promotor de Derechos.
Un supuesto que implica abrir la mente
Si el MEC fuera feminista, en la escuela se debatiría lo mejor de cada corriente ideológica, el feminismo en esencia es una ideología antitotalitaria, Sí, dije IDEOLOGÍA, porque no es un pecado tener ideología, como tampoco lo es tener sexualidad.
Un supuesto que implica integralidad
Sí el MEC fuera feminista admitiría todo lo que atraviesa la dimensión sexual del ser humano, ser cultural, ser simbólico, ser biológico, pero más que biológico, corporal, material, concreto y a la vez psíquico, histórico, político, antropológico.
Un supuesto que implica diálogo
Sí el MEC fuera feminista, dialogaría, cosa que evidentemente dejó de hacer, diálogo es hablar, pero es sobre todo ESCUCHAR. Escuchar, no es lo mismo que oír, oyendo sólo te entran sonidos por los oídos, pero escuchar requiere atención y comprensión. El dialogo seria la práctica pedagógica por excelencia. Algo que el MEC no cultiva en sus espacios de formación docente, que históricamente han sido y son en “cascada”, es decir verticales como si fuera que el conocimiento se derrama por la inercia de la gravedad, como el agua.
Un supuesto que implica comprensión
Sí el MEC fuera feminista no le tendría tanto miedo a un libro sólo porque habla del respeto y del placer y tiene un dibujo con las partes de la vulva. Si el MEC fuera feminista ningún libro debería ser prohibido, desde el más abominable, hasta el más transgresor serían elementos de debate en las aulas.
Un supuesto que implica ciencia
Si el MEC fuera feminista incorporaría como herramienta los diarios pedagógicos, se formaría a las profes para reflexionar y sistematizar sus pensamientos y trabajos en diarios pedagógicos, de manera que a medida que trabajan vayan reflexionando y modificando sus abordajes. Sí el MEC fuera feminista habría un reconocimiento de todos los actores y todas las actoras de la comunidad educativa, desde el que abre el portón, hasta la coordinadora.
Un supuesto que implica comunidad
Sí el MEC fuera feminista, buscaría que la escuela sea un centro comunitario, permanentemente abierta a la comunidad y no limitada hacia adentro de sus cuatro paredes. Su infraestructura sería abierta, con naturaleza, como un parque, con mucha luz, con muchos colores, con mucho arte, sin murallas, ni rejas. Nadie tendría que estar encerrado, porque todos estarían a gusto ahí, voluntariamente, nadie tendría miedo de ir por ser acosado o violentado.
Un supuesto que implica territorialidad
Si el MEC fuera feminista cada escuela buscaría que todos los niños y niñas que viven en los alrededores de su territorio, sean quienes se matriculen. La escuela estaría pensando los problemas diarios del territorio. Haciendo sus actividades en los parques, en las chacras, en las industrias, en los mercados, en los hospitales y en las casas.
Un supuesto que implica salud
Si el MEC fuera feminista su primera preocupación sería la soberanía alimentaria, somos lo que comemos y lo que comemos no es solo materia prima transformada, es cultura, es tiempo compartido, es tiempo histórico de ensayos y errores, es ciencia, es algo demasiado relevante para delegarlo a terceros y estandarizarlo. No habría cantinas sino comedores, las niñas, los niños estarían involucrados en el cultivo, en la preparación de los alimentos, en la limpieza de los espacios, en el mantenimiento de la escuela como parte del aprendizaje sobre la responsabilidad por lo público, sobre la distribución de tareas, sobre el trabajo en equipo de manera paritaria.
Un supuesto que implica gobernanza
Sí el MEC fuera feminista, se buscaría mucho entender la pedagogía desde lo político. Lo educativo siempre, siempre, siempre implica una idea y una práctica sobre el poder, toda la gestión de la escuela sería colegiada, colectiva, participativa y realmente democrática, no habría un director que toma todas las decisiones, o supervisoras que exigen y controlan pero no acompañan, no habría supremacía de poder de ningún estamento sobre otros. La coordinación y la dirección -que, como dijimos, siempre es política- no estaría en manos de una persona o un grupo reducido, los niños y las niñas, los profes y las profes, las madres, padres, abuelas, tías, tíos, las familias en general tendrían sus representantes electos por todos y todas, sumado a que las direcciones serían colegiadas, habría muchas asambleas se debatirían todos los temas, desde porque tenemos una compañera embarazada, hasta sí está bien darse besos en los baños y como. Podríamos plantearnos todas las preguntas.
Un supuesto que implica praxis innovadoras
Habría colectivos, academias para plantearse los intereses individuales y colectivos. No habría una dictadura del currículum, como camino único que se debe cumplir a rajatabla aún a costa de la curiosidad, la sorpresa, el tiempo compartido. Todos los temas serían interesantes porque se buscaría volverlos más concretos, los problemas de matemáticas tendrían relación con lo que pasa en la comunidad, haríamos aritmética contando frutas con nombres en guaraní.
Un supuesto que implica empatía
Sí el MEC fuera feminista el juego, el abrazo y los mimos serían la constante, estaría muy clara la diferencia entre el afecto y el abuso.
Sí el MEC fuera feminista, CUIDARÍA, pensaría principalmente en el bienestar, de TODA la comunidad educativa, porque sabría entender que todo, todas y todos estamos interconectados, y si alguien no está bien, finalmente nadie podrá estar plenamente bien.
Un supuesto que implica buen vivir
Si el MEC fuera feminista sabría que el aprendizaje ocurre a partir del placer y no del dolor ni el castigo, el placer de conocerse explorarse, el placer de compartir la vida con otras y otros, el placer de descubrir la naturaleza que nos rodea, el placer de bucear en todo el conocimiento producido por la humanidad a lo largo de su historia.
Un supuesto que implica justicia
Sí el MEC fuera feminista reconocería que un 62% del magisterio está conformado por mujeres, y convertiría esto en una potencia, siglos de trabajo de cuidado condensado que podría desplegarse en toda su plenitud si se le dieran las condiciones, libertad de organización y de debate.
INVITACIÓN A SEGUIR PENSANDO JUNTOS
Podés sumar tus preguntas y comentarios en la dirección de correo que se comparte a continuación, también, en el mismo E-mail, podés enviar algo de tu producción personal que quieras publicar en este Blog miradaspedagogicasparaguay@gmail.com
1 Comment
Me encantó el artículo.
Sumaría otras cosas más, si el MEC fuera feminista,
– La distribución de los cargos en la gestión central sería más igualitaria. No estarían solo hombres en direcciones donde se toman las decisiones de mayor relevancia (administración, asesoría jurídica, viceministerios, entre otros); el ministro buscaría componer su gabinete con paridad.
– Buscaría todos los medios para que las y los docentes tengan espacios para pensar sus cuerpos, sus experiencias, sus vivencias, asumiendo que el aula es un lugar de armonía para trabajar con las y los chicos.
– Sería obligatorio abordar la educación integral de la sexualidad con las y los docentes que otorguen herramientas para que desde el nivel inicial puedan trabajar con niñas y niños aspectos como: contactos apropiados, no apropiados, cuidado del cuerpo que permitan la identificación de situaciones de abuso y maltrato infantil.
– Explicaría que el feminismo no es antónimo del machismo; enseñaría que el machismo es la expresión de una sociedad patriarcal que se sustenta en ideas que suponen la superioridad de los hombres sobre las mujeres.
– Desmontaría las ideas presentes basadas en estereotipos de género como: el hombre no llora, las mujeres son más emotivas, los hombres son más fuertes, entre otras falacias que contribuyen a generar sociedades violentas que impiden la libre expresión de la personalidad.
– Generaría espacios de diálogo entre adolescentes sobre sus inquietudes, sus dudas acerca de la sexualidad, brindando información científica, actualizada, sin temores, porque es tarea de la escuela enseñar.
– Dialogaría fraternalmente con las familias para apoyarles en sus inquietudes, dudas y desconocimiento sobre la sexualidad, desmontando los prejuicios que instalan diversos sectores autodenominados “provida” y que en verdad son “antiderechos”.
– Reconocería la diversidad de familias que existen en nuestro país y que ese reconocimiento permita que niñas, niños y adolescentes valoren las diversas composiciones familiares.
En fin… si el MEC fuera feminista, podríamos aspirar a sociedades más igualitarias