Aproximaciones al concepto de «autocracia» desde una perspectiva pedagógica (ARTICULO 1/3)

En los últimos veinte años, los modelos dictatoriales han mutado a un formato y estilo autocrático electoral de acceso al gobierno de las naciones. Esto coincide con el debilitamiento de las democracias y un gran retroceso en materia de participación política. Hechos y fenómenos locales y globales que afectan al contenido, orientación y sentido de los procesos educativos que se desarrollan en escuelas y universidades, en este sentido en necesario comprender lo qué es, cómo funciona y cuáles son los objetivos de las «autocracias electorales».

Redactado por @MiradasPedagogogicas.py311_014 | 9 noviembre 2023

Conceptos Claves: Autocracia – Democracia – Escuela – Estado – Gobierno

Parte 1: Concepto de «autocracia»

1. Una propuesta integral para pensar juntos la «autocracia»

Este texto forma parte de una trilogía de artículos que buscan comprender lo que expresa el concepto de «autocracia» [artículo 1/3], para luego plantear una mirada de la «autocracia» desde la teoría de la educación [artículo 2/3] y, finalmente, plantear algunas hipótesis sobre cómo puede afectar un modelo «autocrático» de gobierno al desarrollo de la escuela pública paraguaya post-1989 [artículo 3/3].

Esta reflexión es teórica, es decir, a partir de la praxis se busca establecer constantes, principios, derivadas e hipótesis que, desde una mirada pedagógica, puedan aportar una aproximación a la realidad de una educación paraguaya que, a partir de la Reforma Educativa de 1993, es pensada como una variable de construcción y afianzamiento de la convivencia democrática, la cual hoy, desde la nación, la región y el mundo, podría verse en una situación de contraposición con los avances sociopolíticos de las «autocracias electorales».

¿Cómo afectará, influirá, cambiará o intervendrá un modelo autocrático electoral en el sistema educativo nacional del Paraguay?

2. Lo básico sobre el concepto de «autocracia»

2.1. Autocracia

El término “autocracia” se remonta a la antigüedad griega, concretamente a la obra de Platón en el Siglo V a. C., donde se mencionaba a la «autokráteia» como sinónimo de poder absoluto, derivada de «autos», “por sí mismo” y «kratos» “poder”[1].

2.2. Autocracia cerrada

En las autocracias cerradas, un individuo o un grupo ejerce el poder de forma descontrolada, lo que antes se denominaba como una dictadura clásica[2]. Así, en los Estados donde funciona este tipo de autocracia, no hay elecciones parlamentarias o presidenciales significativas[3]. Si se llevan a cabo, los ciudadanos de estos países, a menudo, no tienen opciones electorales reales y el gobierno del presente es una continuidad de los gobiernos anteriores, generalmente del mismo signo partidario o del mismo grupo familiar[4].

2.3. Autocracia electoral

Una autocracia electoral surge de elecciones que se describen como “justas” cuando, entre otras cosas, todos los partidos rivalizan lealmente entre sí y los competidores políticos no se ven amenazados sistemáticamente por los gobernantes, ni siquiera se les impide de facto participar en las elecciones[5].

En este sentido, en general, los «ganadores» suelen ser los partidos que manejan el aparato estatal y que, progresivamente, imponen un modelo de «partidos únicos», es decir, un partido que, una vez que está en el gobierno, busca monopolizar tanto el estamento ejecutivo como legislativo y judicial. Igualmente, coopta a la oposición mediante prácticas prebendarais o, incluso, «asalariando» a los «críticos» / «opositores» al gobierno; luego se generan alianzas con grupos de medios de información, con corporaciones profesionales, gremiales y económicas[6].

2.4. Modus operandi de la «autocracia electoral»

A continuación se propone un sucinto resumen de la trayectoria operativa habitual que suelen recorrer los grupos de poder que establecen un modelo autocrático de gobierno.

En primer lugar se debe señalar que, las «autocracias electorales», luego de haber ganado las elecciones, avanzan en medidas que debilitan la división de poderes de la República, esto se hace al amparo de un supuesto «cheque en blanco» otorgado por el respaldo de los votos obtenidos en las urnas[7]. Así, el «avance autocrático» es presentado como un «mandato popular» y, no como una «imposición autoritaria»[8]. Este «mandato de los electores» que justifica la concentración de los poderes, en un único circulo de poder, al amparo del segmento de la sociedad que sostiene a ese grupo de poder[9]. Desde luego, todo lo que hace el autócrata, desde su marketing popular, es presentado como la única forma de «gobernar mejor».

En segundo término, una vez que se ha instalado el imaginario de que todo se puede hacer porque «la mayoría ha dado un cheque en blanco con su voto», ya en el gobierno, se despliegan diversas estrategias de autocratización[10], por ejemplo, se implementan proyectos de debilitamiento o anulación de los sistemas de monitoreo de los procesos democráticos [eliminación de la “SENAC” Secretaria Nacional de Anticorrupción[11]], se propicia la degradación del discurso pública-político [“Lamentable y preocupante degradación del debate político[12]], se idealizan las supuestas bondades de administraciones públicas de un único signo partidario [estrategia de “copamiento” de todos los poderes del Estado[13]], veladamente se ataca a los medios de comunicación [amedrentamiento contra periódicos independiente[14]], y a las organizaciones de la sociedad civil [control y subyugación de ONGs[15]], sagazmente se busca usar las facultades gubernamentales en demérito de los derechos a la igualdad democrática [privilegiados con cargos públicos como pago de alianzas políticas[16]], se busca la confrontación directa con el Poder Judicial independiente [control del  Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados y el Consejo de la Magistratura[17]] y se patrocina la sumisión política del Poder Legislativo [estrategia de la “aplanadora del partido único”[18]].

Finalmente, los promotores del «modelo autocrático» desarrollan todas estas estrategias con la finalidad de establecerse en el gobierno por varios periodos electorales, de tal forma a «normalizar» o «naturalizar» este formato de administración del Estado, lo que les permitiría instalar el conformismo del «así nomás son las cosas» en la ciudadanía, la tesis de que «mientras no interfieran con los negocios, que hagan lo suyo» en los sectores económicos, la resignación del «qué podemos hacer nosotros ante esa aplanadora» en la oposición, la catarsis de las «primeras planas de denuncia» en los medios y, por último, el «silencio de iniciativas y movilización» en intelectuales y organizaciones sociales.

2.5. Interrogantes sobre las «autocracias emergentes»

En la Suecia, por más de una década, se ha llevado adelante un monitoreo sistemático de la democracia y sus riesgos, entre ellos el crecimiento de las formas autocráticas, con respaldo electoral, en Europa y América Latina[19].

Como parte de esos monitoreos se han desarrollado varias preguntas de investigación, entre las cuales se destacan las siguientes.

(1) ¿De qué estrategias de legitimación se valen las autocracias para permanecer en el poder?

(2) ¿Cómo se relaciona la legitimidad con la represión y la cooptación, las otras dos herramientas clave utilizadas por los autócratas para estabilizar su gobierno?

(3) ¿Cuál es la relación entre las estrategias de legitimación de las autocracias y su durabilidad en el poder gubernamental?

(4) ¿Cuál es la relación entre las estrategias de legitimación de las autocracias y su desempeño político en el campo de la política social, cultural y educativa?

(5) ¿Qué relación tiene la perdurabilidad del modelo autocrático con la instalación de un modelo educativo de carácter homogéneo y reproductivo?

3. Aprendizajes sobre el modus operandi de las «autocracias con respaldo electoral»

Con los años, la investigación ha demostrado que las «autocracias electorales» no tienen como principio eliminar los procesos electorales, ya que la principal fuente de legitimación de una «autocracia» es el respaldo popular.

En este sentido, desde inicios del Siglo XXI, los gobiernos con sesgo autocrático no se instalan a través de golpes militares, ya que su nueva estrategia es la de promover la polarización política, valiéndose de todos los recursos y medios que hacen a la maquinaria del Estado para afirmarse en el mando[20]. Los estudios comparados muestran que, una vez que esos gobiernos logran consolidar sus espacios de poder y neutralizan a sus potenciales oponentes, evolucionan hacia una autocracia cerrada del «partido único»[21].

Otra cosa que ha quedado clara es que, en el «modelo autocrático» las instituciones, organismos y entes del Estado son «invisibilizados», es decir, un ministerio o una comisión parlamentaria, es «valorada» en función de quién está a cargo de este espacio y de cuánto esta persona o equipo demuestran ser obedientes al que está sentado en la silla presidencial o a quien realmente sostiene al Ejecutivo[22].

Dentro de este esquema autocrático, las voces disidentes o críticas son vistas como enemigos o traidores; los órganos estatales autónomos son eliminados por ley, comprados con favores o amedrentados desde las redes sociales; los entes desaparecen y sólo se habla de consejeros; el Poder Judicial se desvanece como «poder de la República» y sólo se hacen referencias personalizadas a jueces y fiscales; lo mismo pasa con los gobiernos subnacionales donde no hay Departamentos, sino gobernadores adeptos o contrarios y, en el caso del Poder Legislativo, el Senado o la Cámara de Diputados es vista como una «lista de legisladores» funcionales al poder[23].

Dicho de otra manera, en la «autocracia electoral» los cargos, las posiciones administrativas o las responsabilidades democráticas no valen nada en cuanto cargos gubernamentales legítimos, sino que son vistos a partir de los nombres y apellidos de los «leales», «funcionales», «domesticados» o «aliados» que ocupan una de esas sillas del rompecabezas político.

Otro hallazgo, con respecto a las «estrategias de la autocracia», es que la piedra angular de tales regímenes es la manipulación de la información, mediante la cual ya no se aterroriza o adoctrina a la población, como en las dictaduras de la segunda mitad del Siglo XXI, sino que las «autocracias electorales» logran mantenerse en el poder haciendo creer a los ciudadanos –de manera racional, pero errónea– que sus líderes son competentes, magnánimos y «empáticamente humanos»[24]. Bajo la influencia de estos modelos comunicacionales, la opinión pública no llega a formarse una idea precisa de la competencia de sus líderes o gobernantes y, por lo tanto, sigue manteniendo una adhesión emocional o tradicional al caudillo o al partido[25].

En igual sentido, la investigación muestra que los «nuevos autócratas» no quieren hablar o imponer una ideología partidaria, sino que, se apegan a discursos efectistas y de «grande titulares», los cuales se centran en la retórica del desempeño económico o en resaltar el «gran equipo» que está al frente del Ejecutivo, corrigiendo los errores de los otros o haciendo «por primera vez» todo lo que nunca se hizo[26].

4. Moisés Naím, un autor de referencia para comprender la «autocracia»

Moisés Naím es un intelectual latinoamericano, formado en el Instituto de Tecnología de Massachusetts, que incursionó en la vida política venezolana durante un corto periodo de tiempo y es miembro del Foro Económico Mundial.

Naím, en el año 2013 escribió un bestseller titulado “El fin del poder. Empresas que se hunden, militares derrotados, papas que renuncian, y gobiernos impotentes: cómo el poder ya no es lo que era”[27]. En esta obra se describe el fin de los liderazgos tradicionales en todos los ámbitos de la vida, sobrepasados por las células terroristas que ya no son ejércitos regulares, asi como por emprendedores e influencers con una nueva forma de comunicarse, los cuales desafían a las corporaciones globales. Aquí, también se suman las manifestaciones populares que cambian gobiernos, como en la denominada “Primavera Árabe”

En el año 2022, Moisés Naím, publicó “La revancha de los poderosos”[28], donde sustenta la hipótesis de que las autocracias del Siglo XXI, a diferencia de las pasadas dictadura, simulan la democracia. Los autócratas actuales llegan al Ejecutivo o Legislativo gracias a las urnas. Una vez en el gobierno, aprovechando la popularidad electoral, se legitiman leyes y reformas que eternizan sus mandatos y dejan a sus pies a los poderes públicos[29]. Hay elecciones, pero la oposición no dispondrá, o lo hará a duras penas, de posibilidades de hacer llegar su mensaje al pueblo.

Igualmente, Naím, sostiene que el voto popular se convierte en la justificación de acciones reñidas con la separación de poderes, la alternabilidad en el poder y el pluralismo. Lo cual es posible, entre otros factores, porque, aunque los lideres democráticos pueden tener la razón de su lado, muchas veces no cuenta con la pasión a la cual apelan los autócratas en sus discursos de campaña[30]. Discursos coacheados por expertos en manipular emociones como el espíritu de revancha y los sesgos cognitivos que empujan a reforzar los prejuicios y convicciones conservadoras o ultrareaccionarias; convirtiendo en pasión, por ejemplo, la defensa de dios, patria y familia[31].

5. Autocracia y educación

La autocracia le cuesta bien caro a la educación, al conocimiento y a la vida académica de las sociedades, ya que el ideal de educación democrática sufre el impacto de un gobierno que promueve políticas de Estado cuyas únicas razones son las del «Sr. Presidente», cuyo único sentido es visibilizar el liderazgo del «Sr. Presidente» y popularizar una buena imagen de todo lo que hace el «Sr. Presidente» y su «trup» [grupo] de leales y complacientes colaboradores y colaboradoras.

En esta línea, la investigación muestra que en el sector educativo, al igual que en las otras dependencias del Estado, no se mira al ministerio de educación, sino al ministro y su gabinete, corroborando su «nivel de lealtad» y si las políticas de gobierno posicionan al Ejecutivo como quien está «liderando» esa educación que «nunca» fue tan buena como ahora[32].

Ahora bien, contrariamente a lo que se pueda suponer, en los regímenes autocráticos no se invierte menos que en los países democráticos, aunque se supondría que al Estado autócrata no le interesa una ciudadanía educada; pero, lo cierto es que, si le interesa que las nuevas generaciones vayan a la escuela y aprendan «lo bueno que es lo que el gobierno autocrático» está haciendo por el país e, igualmente, estudien que «antes» reinaba el caos, porque no se tenía al Poder Ejecutivo, Legislativo y Judicial, más todos los entes del Estado, coordinados por representantes de un mismo signo partidario[33].

En este mismo sentido, la autocracia se muestra preocupada por la movilidad social ascendente y, en ese sentido, refuerza la idea de que mediante una educación «para el trabajo» el ciudadano ya tiene «la caña para pescar» y que, luego, depende de cada individuo forjarse su porvenir, lo que lleva a mitigar los reclamos por la distribución de las riquezas, dado que «cada uno» tiene que preocuparse por salir adelante y procurar «su» propio bienestar[34].

Este hallazgo empírico, para la Pedagogía contemporánea, representa una paradoja, ya que desde la Revolución Francesa, la escuela pública ha encontrado su sentido democrático en la idea de que, en una sociedad con ciudadanos educados, son más altas las probabilidades de que éstos exijan reformas políticas y desafíen a los regímenes autoritarios. Este supuesto llega a ser cierto, dependiendo del modelo, contenido y enfoque de la educación que se brinda en las escuelas públicas. Así como existe una «escuela para la democracia», también hay una «escuela para la autocracia», la cual sostiene la popularidad y estabilidad política que necesita una «autocracia electoral» para perpetuarse en el gobierno.

Diversas publicaciones de pedagogía comparada muestran que entre 1970 y 2010, más de 80 países, con gobiernos autocráticos, han hecho un mayor gasto gubernamental en educación con el objetivo de reducir las probabilidades de colapso del régimen autocrático[35]. Nuevamente, esto adquiere sentido cuando se piensa que el autócrata usa a la escuela pública para publicitar la ideología oficial, para crear entre los ciudadanos un sentido de pertenencia cognitiva y obediencia conductual hacia la autoridad[36]. Pero, esto no se identifica con el «curriculum», como es en el caso de las dictaduras, sino que el aula o el patio escolar es usado para una «escenificación mediática» de lideres, funcionarios y gestores que sostienen un discurso de valoración de la educación como su principal política de Estado.

En síntesis, queda claro que la escuela, la educación, no son ámbitos que permanecen indiferentes a un modelo de Estado como el que propone la «autocracia electoral», por lo tanto, es preciso reflexionar, desde la Pedagogía, sobre cuáles son estos determinantes autocráticos que influyen, por ejemplo, en el sistema educativo nacional y, éste, será el tema del siguiente articulo “Aproximaciones al concepto de «autocracia» desde una perspectiva pedagógica (ARTICULO 2/3)”.

Observación

Estos ítems integran la PARTE 1 de una reflexión que se divide en tres entregas sucesivas [Parte 1: Concepto de «autocracia»; Parte 2: Mirada de la «autocracia» desde la teoría de la educación; Parte 3: Cómo puede afectar un modelo «autocrático» de gobierno al desarrollo de la escuela pública paraguaya post-1989]. El texto completo se encuentra, en formato PDF, en el apartado “Biblioteca” de este Blog.

INVITACIÓN A SEGUIR PENSANDO JUNTOS

Podés sumar tus preguntas y comentarios en la dirección de correo que se comparte a continuación, también, en el mismo E-mail, podés enviar algo de tu producción personal que quieras publicar en este Blog miradaspedagogicasparaguay@gmail.com


[1] Real Academia Española (Internet 4 noviembre 2023) Autocracia https://dle.rae.es/autocracia

[2] Cfr.: Collier, David (1985). El nuevo autoritarismo en América Latina. Fondo de Cultura Económica

[3] Cfr.: Frantz, Erica (2018). Authoritarianism. What everyone needs to know. Ed. Oxford University Press.

[4] Cfr.: Lesgart, Cecilia (2020). Autoritarismo. Historia y problemas de un concepto contemporáneo fundamental. En: Perfiles Latinoamericanos, Vol. 28, Nº 55, pp. 349 – 371

[5] Cfr.: Diamond, Larry (2004). Elecciones sin democracia. A propósito de los regímenes híbridos. En: Estudios Políticos, Nº 24, pp. 117 – 134

[6] Cfr.: Neumann, Franz (1957). El Estado democrático y el estado autoritario. Ed. Paidós.

[7] Cfr.: Gessen, Masha (2020). Sobrevivir a la autocracia. Ed. Turner

[8] Cfr.: Cavazos, Alejandro (2020). Autocracia sinónimo de dictadura. Ed. Bubok Publishing

[9] Cfr.: De Alemán, Paola Bautista (2020). Autocracias del Siglo XXI. Caso: Venezuela. Ed. Cyngular Asesoría

[10] Cfr.: Sanctis; Adriane; Hubner Mendes, Corrado (2019). O caminho da autocracia. Estrategias atuais de erosao democrática. Ed. LAUT

[11] Diario Última Hora (Internet 31 julio 2023). Santiago Peña evalúa eliminar la Secretaría Anticorrupción https://www.ultimahora.com/santiago-pena-evalua-eliminar-la-secretaria-anticorrupcion#:~:text=Santiago%20Pe%C3%B1a%2C%20presidente%20electo%2C%20habl%C3%B3,grupo%20de%20senadores%20este%20lunes.

[12] Diario Última Hora (Internet 27 octubre 2023). Lamentable y preocupante degradación del debate político https://www.ultimahora.com/lamentable-y-preocupante-degradacion-del-debate-politico

[13] Diario Última Hora (Internet 10 julio 2023). Más impunidad, corrupción y pobreza: Los riesgos del copamiento de poder https://www.ultimahora.com/mas-impunidad-corrupcion-y-pobreza-los-riesgos-del-copamiento-de-poder

[14] Diario Última Hora (Internet 24 agosto 2023). Fiscales envían a ÚH un oficio con sesgo de amedrentamiento https://www.ultimahora.com/fiscales-envian-a-uh-un-oficio-con-sesgo-de-amedrentamiento

[15] Diario Hoy (Internet 6 noviembre 2023). Ante crecimiento, presentan proyecto para regular ONG’s https://www.hoy.com.py/nacionales/ante-crecimiento-de-ongs-presentan-proyecto-para-su-regulacion

[16] Diario ABC Color (Internet 10 septiembre 2023). Suma y sigue la lista de quienes “ya están mejor” en el Gobierno de Santiago Peña https://www.abc.com.py/politica/2023/09/10/suma-y-sigue-la-lista-de-quienes-ya-estan-mejor-en-el-gobierno-de-santiago-pena/

[17] Diario Última Hora (Internet 7 julio 2023). Copamiento colorado es una amenaza para la democracia https://www.ultimahora.com/copamiento-colorado-es-una-amenaza-para-la-democracia

[18] Diario ABC Color (Internet 20 julio 2023). Aplanadora en Diputados relega y divide a oposición https://www.abc.com.py/politica/2023/07/20/aplanadora-en-diputados-relega-y-divide-a-oposicion/

[19] V-Dem Institute (2022). Democracy Report 2022. Autocratization Changing Nature? Ed. University of Gothenburg Sweden.

[20] Cfr.: Applebaum, Anne (2021). El ocaso de la democracia. La seducción del autoritarismo. Ed. Debate

[21] Cfr.: Huemer, Michael (2019). El problema de la autoridad política. Un ensayo sobre el derecho a la coacción por parte de Estado y sobre el deber de la obediencia por parte de los ciudadanos. Ed. Planeta

[22] Cfr.: Fisas, Vicenç (2023). La lucha por el orden mundial. El debate sobre las normas y las reglas del juego. Ed. Catarata

[23] Cfr.: Bertín, Hugo (2021). Más Bobbio y menos Schmitt, más despacio, pero juntos. La encrucijada de la democracia liberal frente al populismo. Ed. J.M. BOSCH

[24] Cfr.: Naím, Moisés (2022). La revancha de los poderosos. Cómo los autócratas están reinventando la política en el Siglo XXI. Ed. Debate

[25] Cfr.: Phillips, Tom (2022). Verdad. Una breve historia de la charlatanería. Ed. Paidós

[26] Cfr.: Innerarity, Daniel (2023). La libertad democrática. Ed.  Galaxia Gutenberg

[27] Naím, Moisés (2013). El fin del poder. Empresas que se hunden, militares derrotados, papas que renuncian, y gobiernos impotentes: cómo el poder ya no es lo que era. Ed. Debate

[28] Naím, Moisés (2022). La revancha de los poderosos. Cómo los autócratas están reinventando la política en el Siglo XXI. Ed. Debate

[29] Cfr.: Naím, Moisés (2022). Ilícito. Cómo traficantes, contrabandistas y piratas están cambiando el mundo. Ed. Debate

[30] Cfr.: Fukuyama, Francis (2022). El liberalismo y sus desencantados. Cómo defender y salvaguardar nuestras democracias liberales. Ed. Deusto

[31] Cfr.: Laje, Agustín (2022). La batalla cultural. Ed. Sekoita

[32] Cfr.: Pepinsky, Thomas (2014). The Institutional Turn in Comparative Authoritarianism. En: British Journal of Political Science FirstView, pp. 631–53.

[33] Cfr.: Svolik, Milan (2012). The Politics of Authoritarian Rule. Ed. Cambridge University

[34] Cfr.: Merelman, Richard (1973). Social Mobility and Equal Opportunity. En: American Journal of Political Science, Vol. 17, Nº2, pp. 213 – 236.

[35] Cfr.: Psacharopoulos, George; Patrinos, Harry (2004) Returns to Investment in Education: A Further Update. En: Education Economics, Vol. 12, Nº 2, pp. 111 – 134

[36] Cfr.: Brown, David; Hunter, Wendy (2004). Democracy and Human Capital Formation: Education Spending in Latin America, 1980 to 1997. En: Comparative Political Studies Vol. 37; Nº 7, pp. 842 – 864

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5 Comments
  • Reply
    Juan Carlos
    19 de noviembre de 2023 at 6:45 pm

    Lo estoy leyendo a Moisés Naím, concretamente su libro “La revancha de los poderosos. Cómo los autócratas están reinventando la política en el Siglo XXI” y creo que los que hoy están en el poder (ejecutivo, legislativo, empresarios e iglesias) también lo han leído y lo están aplicando al pie de la letra. Pero, lo que más me preocupa es que la ciudadanía no lo lea, porque la división de poderes republicanos y, por lo tanto, están en riesgo nuestras garantías de derechos. Soy un hombre con sus años y recuerdo que esto Stroessner lo hizo en su época y hubo una sociedad paraguaya que se lo permitió.

  • Reply
    María Teresa
    19 de noviembre de 2023 at 6:46 pm

    Leyendo este artículo me surge la idea de que, OJO! El presidente, el ministro o el senador autócrata, quiere colocarse por encima del orden normativo constituido de la República del Paraguay, delineando la idea antidemocrática de un caudillo fuerte que al no tener que perder el tiempo en discusiones estériles con la oposición, puede gobernar mejor y hacer las cosas más rápido.
    Según entiendo, lo que dice este artículo, muy bueno realmente, esta gente, cuan do asume el gobierno, finge ser lo verdaderos voceros de la verdadera voluntad del pueblo, que antes era subestimada por políticos o lideres sociales asociados con los medios de comunicación.
    Otra cosa importante que muestra este artículo y que la veo hoy pasando en Paraguay es que, el ejecutivo suele hacer un mal uso de las leyes de excepción que les otorgan carta blanca o SUPERPODERES al presidente, a unos ministros o a ciertos legisladores, para imponerse a los demás poderes o para silenciar a los organismos de control.
    La verdad es que la lectura de este artículo me deja preocupada y no se qué hacer como ciudadana para que nuestra democracia paraguaya no se convierta de una autocracia paraguaya.

  • Reply
    Joaquín
    19 de noviembre de 2023 at 6:47 pm

    Hace poco leí que el elixir de una verdadera democracia se encuentra en la periodicidad; la alternancia; la tolerancia; el respeto a la división de poderes; el control mutuo de los actos de gobierno; el respeto a la ley; la libertad de los diferentes partidos que compiten por un lugar común no son enemigos sino adversarios y subordinados a un interés superior que no es otro que el nacional.
    Nuestra historia paraguaya de la segunda mitad del siglo pasado y de los últimos diez años muestran que el partido hegemónico ha hecho sus tareas para gobernar sin oposición y que todos estén bajo el bastón de mando de un mismo patrón.
    Si no estamos camino a una autocracia, falta poco para que arranque la topadora de lo que resta de división y autonomía de poderes republicanos. Mientras esto pasa, seguimos discutiendo 12 ciencias, hay reuniones con pastores y los curas se hacen los ofendidos por una verdad que dijo uno científico paraguayo de renombre. El resto de los paraguayos corriendo de aquí para allá para pagar el súper, la salud y la educación, porque en nuestro país nada es gratuito.

  • Reply
    Javier
    19 de noviembre de 2023 at 6:48 pm

    Leí con mucha atención esto de la autocracia, la verdad es que no conocía este término y estoy asustado de como se siguen aprovechando de la mala educación que nos han dado en la escuela.
    Creo que hoy entendí este concepto y me animo a decir que, yo como ciudadano paraguayo, no creo en las recetas mágicas de la autocracia, porque estoy seguro que primero se engendra la riqueza y luego se la distribuye, no por derrame, sino mediante un sistema impositivo justo y equitativo. Hasta ahora, queda claro que el sistema productivo, social, de salud y educación, sigue beneficiando a un 10% de la sociedad paraguaya y el resto sobrevive. Con una democracia participativa y con equilibrio de poderes, donde se controlen y se obliguen a gobernar bien, hay esperanza. Con la autocracia, van a estar mejor LOS DE SIEMPRE.

  • Reply
    @MIRADASPEDAGOGICAS.PY-470_606
    19 de noviembre de 2023 at 6:49 pm

    ESTIMADOS Y ESTIMADAS LECTORES Y LECTORAS, LES PEDIMOS DISCULPAS POR LA DEMORA EN PUBLICAR SUS COMENTARIOS, LO CUAL SE HA DEBIDO A UN PROBLEMA TÉCNICO.

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