Todos tenemos Derecho a APRENDER SIN MIEDO. Pasos dados por la PEDAGOGÍA.py en la primera década del Siglo XXI (PARTE 3/3)

El Paraguay, a partir de la década de 1990, comenzó a transitar una prolongada transición política y socioeducativa, intentando dejar atrás un modelo de gobierno opresor y un sistema educativo autoritario, para llevar adelante un proceso de construcción democrática, donde el maltrato, la violencia o la disciplina del miedo ya no tienen lugar en la escuela pública paraguaya. La Campaña “Aprender sin miedo” fue parte de este transitar hacia una PEDAGOGÍA.py que tiene al bienestar integral del ser humano como su horizonte central.

Redactado por @MiradasPedagogogicas.py651_210 | 9 noviembre 2023

Palabras Claves: Comunidad – Educación – Escuela – Niñez – Violencia

PARTE 3/3 «Aprendizajes que dejó la Campaña “Aprender sin Miedo”»

5. Aprendizajes que dejó la Campaña “Aprender sin miedo”

5.1. Aprendizajes en “positivo”

La dinámica de trabajo llevada adelante por la Campaña “Aprender sin miedo”, permitió identificar algunos puntos fuertes y otros débiles que deben ser tomados en cuenta en la reconstrucción de una PEDAGOGÍA.py frente al miedo generado por las situaciones de violencia o maltrato en la escuela, la calle o el hogar[1].

Lo primero que cabe resaltar es que la Campaña colaboró positivamente en la instalación de la línea temática del Derecho de los Niños, Niñas y Adolescentes frente a las situaciones de violencia y maltrato infantil[2], en los cinco Departamentos en que se trabajó y en el MEC central.

Así, en esta línea, cabe señalar que, en los cinco Departamentos en que se implementó esta iniciativa se pudo constatar que la Campaña mostró ser una propuesta amigable, principalmente, porque se logró involucrar a todos los actores que debían participar, desde el Gabinete del Ministro hasta la mamá y el papá de ese alumno o alumna que iba a unas de las 715 escuelas en que se trabajó. En ese momento, la Campaña pudo contar con recursos suficientes, tanto humanos como materiales.

También, se pudo constatar que para el éxito de la Campaña “Aprender sin miedo” fue importante el hecho de que, dentro del Sistema Educativo, desde hacía varios años se venía implementando el Programa “Escuela Viva Hekokatúva”, el cual tenía un alto grado de coincidencia con la filosofía y el enfoque pedagógico propuesto por “Aprender sin miedo”. De hecho, los miembros de los equipos técnicos de la Campaña trabajaron, en todo momento, en coordinación con los diferentes grupos de especialistas, docentes y lideres de “Escuela Viva Hekokatúva”. En este punto es pertinente subrayar que, es altamente positivo y eficaz instalar en el territorio buenas prácticas que compartan una propuesta pedagógica y conceptual. Coincidencia que se da en este caso, ya que, por ejemplo, tanto “aprender sin Miedo” como “Escuela Viva” proponían un modelo de enseñanza que parte de la generación de un clima colaborativo, de confianza y en donde se promueven los Derechos del Niño y la Niña.

Otra consecuencia positiva de esta Campaña fue el fono-ayuda 147, un servicio de 24 horas para la recepción de denuncias, orientación, derivación y seguimiento de casos de maltrato, abuso y violencia contra niños, niñas y adolescentes. En esta misma línea, el MEC, a partir de lo hecho por la Campaña, creo la «Dirección de Protección y Promoción de los Derechos de la Niñez y la Adolescencia», que hoy depende directamente del Gabinete del Ministro.

5.2. Aprendizajes en “negativo”

Así como se dieron logros, también se evidenciaron «pendientes de mejora», siendo el más relevante aquel que hace referencia al hecho de que, aun siendo “Aprender sin miedo” una iniciativa pedagógica exitosa en cinco Departamentos del país, no se pudo lograr que esta “metodología de erradicación del temor en el aula” llegara a universalizarse en el sistema educativo nacional. ¿Por qué razón? Pues, básicamente, por falta de financiamiento del Estado.

En la misma línea, mirando los «pendientes», vale aquí poner un especial énfasis en el principal componente de éxito de la Campaña, es decir, los «recursos humanos» y, sobre este elemento, cabe señalar que “Aprender sin miedo” dejó equipos y productos de calidad como capacidad instalada del MEC, pero, debido a los cambios de conducción en las esferas de alta gerencia del Ministerio, muchos de estos especialistas, terminaron en otras funciones o dependencias, que poco o nada tenían que ver con sus capacidades técnicas adquiridas en los varios años de trabajo dentro de la Campaña “Aprender sin miedo”, es decir, se dio un uso ineficiente de recurso valiosos.

Desde lo cotidiano del terreno escolar, otro aprendizaje concreto fue que, lo que no facilitó que “Aprender sin miedo” llegara a más departamentos fueron los mencionados cambios sucesivos en los ámbitos superiores de conducción del MEC. ¿Por qué afectaban a la Campaña estos cambios de conducción?  Estas «mudanzas de liderazgos», para la Campaña, implicaban tener que volver a sensibilizar, por ejemplo, al nuevo «Gabinete del Ministro», porque, muchas veces, al no estar «sensibilizada» la «nueva» máxima autoridad del MEC, no daba tiempo, por ejemplo, para que el MEC busque el apoyo político necesario para conseguir que se apruebe una línea de financiamiento propia para la Campaña a nivel país o se asignen los recursos humanos necesarios en los Departamentos, lo cual reducía el alcance y eficacia de la Campaña.

5.3. Aprendizajes globales sobre lo que se pudo haber hecho mejor

Poniendo en la balanza lo hecho, no cabe dudas de que la Campaña “Aprender sin miedo” forma parte de las buenas prácticas llevadas adelante a lo largo de la historia reciente de la educación paraguaya. Aun así, dentro de una mirada PEDAGÓGICA.py es pertinente identificar aquello que pudo ser hecho de una mejor forma y, en ese sentido, mirando en retrospectiva aquella época, cabe señalar que se debió haber dejado un registro más pormenorizado de todo lo que se hizo, porque lastimosamente mucho se reflexionó, debatió, planificó e hizo, pero, desde la oralidad o en el marco de vivencias a flor de piel.

Sin lugar a dudas que, como ya se señaló, había instrumentos, instancias y responsables de monitorear y dejar sentado lo que se hacía en “Aprender sin miedo”, pero, se debió cuidar de que esa documentación formara parte de un repositorio “digitalizado” del MEC, al cual se pudiera recurrir, cuando se quiere conocer o aprovechar las experiencias de buenas prácticas hechas en el Paraguay.

Igualmente, aunque existen publicaciones, informes y materiales audiovisuales, faltó pensar en un texto de producción colaborativa que recogiera el coral de voces de todos aquellos que participaron de la Campaña, no «informando» sobre lo hecho, sino en la línea de mostrar y demostrar que hay una PEDAGOGIA.py viva en las escuelas públicas del Paraguay y, que las comunidades que las integran son capaces de desarrollar iniciativas educativas de alto impacto en ámbitos sensibles de la formación de los niños, niñas, adolescentes, jóvenes y adultos.

5.4. Marco teórico dejado por “Aprender sin miedo”

La Campaña “Aprender sin miedo”, como ya se dijo, es una forma de respuesta educativa frente al miedo generado por las situaciones de violencia o maltrato en la escuela, la calle o el hogar. Además, es una experiencia que permite aproximarse a los principios, conceptos y estilos de una PEDAGOGÍA.py encarnada en actores, realidades y problemáticas del Paraguay contemporáneo.

En este último sentido, en un intento de contribuir a la reconstrucción teórica de la práctica, a continuación se rescatan algunos apuntes de lectura de lo que podría ser entendido como una serie de pistas válidas para pensar la PEDAGOGÍA.py en la actualidad.

No está demás decir que estas «pistas», mirando retrospectivamente la Campaña, son hipótesis, las cuales docentes, especialistas y ciudadanos deben validar desde el diálogo, el debate y la investigación. Motivo por el cual, aquí, lo que se pretende es “instalar el tema de la PEDAGOGÍA.PY”.

5.4.1.  PISTA 1 “Centralidad de la persona”

La revisión de la documentación de la Campaña permite constatar que esta iniciativa pone en el centro de su propuesta educativa a la persona del niño, la niña y el adolescente, para luego, en base a la experiencia y a los vínculos, ir sumando a la persona de los docentes, directivos y padres. Este «poner en el centro» a los diferentes actores de la escuela, lleva a la construcción de un andamiaje antropológico mínimo, donde el “Ser Humano” es un o una “Sujeto de Derechos”.

Aunque el alumno o la alumna, en una institución escolar asume el rol de «educando», esto no hace que él o ella pierdan su condición de «Sujeto de Derechos». Derechos que están orientados, pedagógicamente, a que los niños, niñas y adolescentes se desarrollen integralmente en un contexto seguro, estimulante y educativo. Esto, en la Campaña, se sostiene en la idea de que un individuo, se educa a lo largo de toda la vida y que, en el tiempo escolar, debe tener garantizada una trayectoria educativa que le facilite las condiciones necesarias para que pueda desarrollarse integralmente «sin miedo», ya sea en su condición de alumno, hijo o docente.

Otro factor que permite constatar la centralidad antropológica de la Campaña, como antecedente de una PEDAGOGÍA.py, es el hecho de que el criterio o motor de acción y progresión de esta iniciativa educativa, no estaba en un cronograma o un plan predeterminado que cumplir, sino en el «ritmo humano» dictado por las experiencias, exigencias, necesidades y oportunidades que se generan en el hacer con la gente. Hacer que se daba en los talleres, coloquios, laboratorios, monitoreos e implementaciones en campo, de donde salían materiales, acuerdos e iniciativas destinadas a que los «protagonistas reales» de la Campaña, menores y adultos de la comunidad, pudieran pasar por la experiencia positiva de “aprender sin miedo”.

En síntesis, una cosa es una instrucción, adiestramiento o conducción, que mediatiza un discurso de valoración de la persona y, otra, muy diferente, una praxis pedagógica desde el ser humano, para el ser humano y con el ser humano. La Campaña “Aprender sin miedo” se identifica con esta última tipología pedagógica.

5.4.2.  PISTA 2 “Lo escolar como espacio-tiempo contracultural”

En el año 2009, en plena puesta en práctica de la Campaña “Aprender sin miedo”, se recordaban las primeras dos décadas del retorno del Paraguay a una convivencia democrática. Poco a poco, aquella cultura de la instrucción militar basada en el «descuereo» [mandar hacer una serie de ejercicios físico como en el ejercito], el «akapete» [dar una palmada fuerte en la parte anterior de la cabeza] y el «nambiro» [golpecito seco que se da detrás de la oreja como si se chasquearan los dedos, pero al revés] iban perdiendo vigencia en el imaginario disciplinar de la sociedad paraguaya, es decir, esa «cuota mínima de violencia aceptada» para «corregir» ya se cuestionaba, tanto en el aula como en el patio o la casa. Dicho de otra forma, en el imaginario social pre-1989, «un poco de miedo no venía mal en la relación de enseñar – aprender», era una idea que no estaba bien manifestarla en voz alta, pero, si se admitía el hacerlo «para que las cosas funcionen».

Tomando estas últimas líneas, ubicando esta iniciativa en aquel contexto de época, cabe señalar que la Campaña, proponía la construcción de una «nueva cultura» [“contracultura”], en relación a la vigente hasta 1989 y al imaginario disciplinar instalado en la sociedad paraguaya. Pero, esta «contracultura», implementada en el espacio – tiempo escolar, no se limitada a las «fronteras del aula», sino que quería «derramarse» en la vida cotidiana de los niños, niñas, adolescentes y adultos, en decir, buscaba impactar en la misma sociedad paraguaya.

En este sentido, la Campaña le proponía a la escuela pública paraguaya que, tomara una postura concreta ante la «aún» vigente cultura de «paz y progreso». Esta «postura» consistía en que la escuela paraguaya elevara su voz pedagógica en favor de una «Nueva Cultura de los Derechos de los Niños, Niñas y Adolescentes». Derechos que se contraponían a toda justificación del maltrato infantil y adolescente, en la escuela o en el hogar. Una «contracultura del vivir/aprender sin miedo» que, desde los vínculos alumno-docente, alumno-alumno y alumno-familia, se contraponía con aquel «mito urbano» de que, si los niños, niñas y adolescentes eran «coptados» por el Enfoque de Derechos del Niño, los adultos «perderían el control» de la educación, lo cual conduciría a que la convivencia en las aulas y el hogar sean un caos, porque los chicos terminarían «perdiéndole todo el respeto» a sus docentes o a sus padres, los que ya no podrían «ejercer su legitima autoridad». Ciertamente que esto no pasó, por lo menos así como lo vaticinaron algunos sectores más vinculados a aquel remanente del imaginario cultural pre-1989.

Entonces, tomando como referencia lo que la Campaña generó en el aula, cabe suponer que, al poderse constatar que los «adultos docentes» reconocían que «no se puede educar desde el maltrato y la violencia»; que el miedo no es un «recurso didáctico» y que es posible desarrollarse, formarse y educarse “sin miedo”; aquellos alumnos y alumnas, con esa experiencia, pudieron comprender lo que significaba, en la práctica, ser una persona con Derechos y que esa misma calidad de trato humano “libre de miedo” era exigible a cualquier actor familiar, social o estatal.

En este sentido, ante la cultura del “acapeté” (forma de “llamar la atención” dando un golpe, no tan doloroso, en la cabeza, con la mano abierta, con una trayectoria ascendente) la Campaña proponía una “contracultura” de respeto irrestricto a la dignidad humana y al derecho a aprender sin miedo, a vivir sin miedo, dentro y fuera del aula.

5.4.3.  PISTA 3 “Currículo integral centrado en el valor de la dignidad humana”

La experiencia de “Aprender sin miedo” permitió profundizar la idea de que el currículo escolar, en todos los niveles y ciclos, no puede ser reducido a la suma de los contenidos que hacen a las diferentes asignaturas que integran un plan de estudios. La Campaña, desde los talleres, los materiales producidos y las experiencias llevadas adelante, demostró que se generan aprendizajes significativos o procesos educativos de calidad, a partir de contextos escolares resilientes, animados por docentes que en su práctica de aula, ponen el «acento» en el valor de la dignidad humana, lo cual se traduce en «subrayar» como «importante» todo aquello que implica contribuir pedagógicamente a que la persona se sienta como un «sujeto activo» en la construcción de una sociedad paraguaya justa, equitativa e inclusiva, donde se puede vivir y aprender sin miedo. Dentro esta perspectiva, se habla de un «curriculum escolar integral», donde los contenidos de las asignaturas se entrelazan con los contenidos vitales de aquellos que dan vida a las interacciones pedagógicas dentro del aula.

Este «currículo integral» está centrado en el valor de la dignidad humana, asumiendo como válida la hipótesis de que las propuestas que llegan al aula tienen que tomar en cuenta el mundo socioemocional de alumnos, docentes y familias, porque, como demostró la Campaña, la emoción del miedo «paraliza» o «aturde» a los sujetos que intentan aprender o desarrollarse. Dicho de otra manera, aunque muchos sostengan que el «miedo a una mala nota» puede ser una «gran motivación» para el alumno perezoso, tanto las neurociencias, como la psicología cognitiva y la misma Pedagogía, demuestran que no es posible proponer un «aprendizaje con miedo» cuando se declara y sostiene una política educativa fundamentada en la integralidad del ser humano o en garantizar el acceso democrático a una educación de calidad.

En síntesis, al centrar el currículo escolar en la dignidad humana se abre la perspectiva de integralidad de lo que pasa en el aula, donde, como diría Pestalozzi, se educa manos, corazón e inteligencia[3], motivo por el cual, el miedo al maltrato y la violencia, nunca puede ser parte del «paisaje escolar» paraguayo.

5.4.4.  PISTA 4 “Retroalimentar los procesos educativos”

En todo abordaje educativo es inevitable el preguntarse cómo se hace el seguimiento de los procesos educativos, cómo se evalúa, qué valor tiene esa información y para qué sirven esos datos; la Campaña “Aprender sin miedo”, en este sentido, dejó ver el sentido y alcance del concepto pedagógico de la «retroalimentación».

Durante la Campaña, en cada actividad propuesta, había un momento de “retroalimentación” de los procesos, es decir, por ejemplo, se trabajaba en base a informes de proceso, se le daba gran valor a la sistematización que se hacía por Departamentos y al seguimiento que realizaba una especialista paraguaya externa al MEC (una consultora contratada). De esta forma se iba realizando, sostenida, procesual y científicamente, la retroalimentación de la implementación y los avances de “Aprender sin miedo”, lo que equivalía a que cada paso dado, cada acción llevada a cabo y cada experiencia provocaba, era mirada como una oportunidad de aprender, crecer y lograr erradicar de la vida de alumnos, docentes y familias esa «naturalización del maltrato» que se asociaba con la «disciplina escolar», por ejemplo.

Aquí, como parte de una reconstrucción teórica – práctica de una PEDAGOGÍA.py a partir de un mirar con atención lo que sucedió en la Campaña “Aprender sin miedo”, es interesante recuperar algunas experiencias concretas de aquella iniciativa. En este sentido, cabe señalar que, a partir de finales de 2009, ya con un cierto camino recorrido en las comunidades locales y con el apoyo técnico del MEC central, los cuatro equipos de la Campaña incorporaron procesos de evaluación participativa a la rutina de trabajo de los talleres y encuentros locales, lo que se tradujo en que muchos de los materiales que formaron parte de “Aprender sin miedo” fueran revisados y ajustados con los mismos actores locales, los cuales ayudaban a valorar la pertinencia y alcance de los temas que se proponían para trabajar, por ejemplo, con las familias.

En 2011 se hizo el “monitoreo” de la Campaña a través de visitas a las escuelas y mediante talleres de retroalimentación con 150 coordinadores, supervisores y técnicos pedagógicos y administrativos y asesores jurídicos del MEC[4]. En el mismo año se hizo un estudio sobre violencia en las escuelas con una población de 1.200 alumnos y alumnas de Guairá y San Pedro.

Posteriormente, ya fuera de “Aprender sin miedo”, pero como parte del seguimiento de las Políticas Públicas del Estado, que se generaron a partir de la Campaña, se realizó y publicó en 2012 el estudio “Aproximación a un diagnóstico de la educación en Derechos Humanos en el MEC”[5], donde, en el Capítulo 1 “Políticas Educativas” se hace referencia al «Desarrollo Integral de la Primera Infancia” y ahí está contenido el trabajo de la Campaña. Luego, en el año 2014, el MEC hizo un “Estudio exploratorio sobre Maltrato Escolar en Paraguay”[6], en los cinco Departamentos donde se llevó adelante la Campaña de “Aprender sin miedo”, más los Departamentos de Central e Itapúa.

Todas estas acciones, los datos generados y los materiales producidos «retroalimentaron» a las comunidades, a las escuelas y a los equipos que trabajaban pedagógicamente en la erradicación del maltrato y la violencia dentro de las instituciones educativas.

5.5. Algunas conclusiones en torno a APRENDER SIN MIEDO como una respuesta a la violencia y el maltrato infantil desde la PEDAGOGÍA.py

Todo lo descripto y argumentado hasta aquí, permite suponer que la Campaña “Aprender sin miedo” forma parte de un extenso y, tal vez, poco difundido catálogo de buenas prácticas educativas llevadas adelante a lo largo de la historia reciente del Paraguay.

Lo hecho en esta Campaña, muestra a una escuela pública paraguaya capaz de generar, pedagógicamente, «contracultura» ante imaginarios sociales y prácticas cotidianas que atentan contra la dignidad del ser humano y la integridad de la persona. 

Igualmente, como se dijo en diferentes puntos de este breve relatorio, “Aprender sin miedo” forma parte de una «constante» en la educación paraguaya, la cual se refiere a maestros y maestras, de alumnos y familias que, así como los guaraníes, buscaban la “tierra sin mal” [Yvymarae´ÿ]; la cual hoy está representada en la idea de una comunidad educativa comprometida con la búsqueda de calidad, equidad, justicia e inclusión, dentro y fuera del aula.

Otra «derivada» que emerge a partir de lo recuperado sobre lo que fue y dejó la Campaña “Aprender sin miedo” es la sensación de que, con sus luces y sombras, iniciativas, programas y proyectos como este, una vez que se acaba el apoyo presupuestario o hay un cambio en la conducción del organismo de estado que lo implementa, se deja de hacer y, peor aún, no se toma como referencia para otras acciones similares. Esto se traduce en un desaprovechamiento «reiterado» de la capacidad instalada del país, se truncan las posibilidades de reconstruir, efectivamente, una pedagogía con identidad paraguaya y, además, se deja de optimizar los magros recursos que el Presupuesto General de la Nación le destina a este tipo de problemáticas, porque, todos «lamentan» el maltrato infantil, pero, cuando tienen la posibilidad de sostener una «buena práctica educativa», no lo hacen.

Igualmente, desde lo netamente pedagógico, cabe señalar que para poder generar teoría de la educación y prototipos didácticos, se requiere de un proceso de identificación, acopio, ordenamiento, sistematización, digitalización y socialización de los procesos, experiencias y políticas educativas que surgen del aula o que desde medidas macroinstitucionales afectan a la escuela. La Pedagogía, como ciencia centrada en la formación de los seres humanos, requiere de información, estructurada científicamente y, en le caso de la Campaña “Aprender sin miedo”, como en otras buenas prácticas, el Ministerio de Educación y Ciencias (MEC), sigue disponibilizando un repositorio sumamente precario, para los fines de la investigación y el desarrollo teórico de una PEDAGOGÍA.py

Una nota de color «local»: lo que aquí se dice sobre esta Campaña es igualmente aplicable a muchas otras iniciativas que se vienen dando en el Paraguay desde los años de la Reforma Educativa de 1993, por lo cual, escribir sobre “Aprender sin miedo” no significa subestimar o menoscabar esas otras experiencias, las cuales deben ir siendo recuperadas y puestas en valor, sólo así será posible reconstruir la PEDAGOGÍA.py que hoy el sistema educativo nacional reclama.

Finalmente, hay mucho más que seguir pensando y haciendo entorno a la PEDAGOGÍA.PY desde la recuperación pedagógica, social e institucional de esta Campaña “Aprender sin miedo”. Recuperación y puesta en valor que queda como compromiso y tarea de todos aquellos que intentan hacer realidad ese “Yvymarae´ÿ de una educación paraguaya”.

Observación

Estos ítems integran la PARTE 3 de un relatorio que se divide en tres entregas sucesivas [Parte 1: Sentido de volver a mirar la Campaña “Aprender sin Miedo”; Parte 2: Presentación técnica de la Campaña “Aprender sin Miedo”; Parte 3: Aprendizajes que dejó la Campaña “Aprender sin Miedo”].  El texto completo se encuentra, en formato PDF, en el apartado “Biblioteca” de este Blog.

INVITACIÓN A SEGUIR PENSANDO JUNTOS

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[1] Cfr.: Bauman, Zygmunt. (2010). Miedo Líquido. La sociedad contemporánea y sus temores. Ed. Paidos.

[2] Cfr.: Plan Internacional (2018). Los derechos de los niños, niñas y jóvenes a vivir libres de violencia. Ed. Plan

[3] Cfr.: Soëtard, Michel (1994). Johan Heinrich Pestalozzi. En: Perspectivas, Revista trimestral de educación comparada, Nº 1-2, 1994, pp. 299 – 313

[4] Ministerio de Educación y Ciencias; PLAN; OEI (2012). Aprender sin miedo. La experiencia en Paraguay. Ed. MEC

[5] Ministerio de Educación y Ciencias (2012). Aproximación a un diagnóstico de la educación en derechos humanos en el MEC. Ed. MEC

[6] Ministerio de Educación y Ciencias; PLAN; BECA (2014). Estudio exploratorio sobre Maltrato Escolar en Paraguay. Ed. MEC

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