Construir memoria PEDAGÓGICA.py desde experiencias campesinas (PARTE 2/7)
APUNTES DE LECTURA sobre el libro “Ligas Agrarias Cristianas. Mis Vivencias” de la Dra. Margarita Durán Estragó de 2023
Redactado por @MiradasPedagogogicas.py651_210 | 5 octubre 2023
Conceptos Claves: Paraguay – Educación – Escuela – Pedagogía – Campesinos
2. Memoria de un movimiento social, cultural y transcendental en el Paraguay
2.1. Ligas Agrarias Cristianas del Paraguay: Sentido
Como ya se señaló, la autora es, ante todo, una maestra-pedagoga, es decir, una persona que desde lo profesional, humano y cultural, es capaz de “facilitar” experiencias educativas, fuera y dentro del aula, promoviendo el desarrollo de la persona y, al mismo tiempo, valorando los procesos que vive cada sujeto cuando va construyendo sus vínculos consigo mismo, con los demás y con el mundo. Durán Estragó usa esta capacidad de “facilitar” para exponer, sucintamente, lo que han sido, en el contexto paraguayo, las “Ligas Agrarias Cristianas”[1].
Esta presentación de la Ligas tiene mucho sentido, cuando se considera como altamente factible a la hipótesis de la “historia hegemónica”, como causal de una invisibilización intencional de ciertos periodos del pasado reciente del Paraguay, por ejemplo, la etapa 1954 – 1989, años en que se funda, desarrolla y reprime este proyecto campesino cristiano. En este punto es pertinente aclarar que el concepto de “invisibilización”, se refiere a acciones concretas como pregonar slogans tipo: “de ese tema no se habla”; “¿para qué te vas a meter en ese embrollo?”; “esos son temas del pasado que a nadie le interesa”, etc.
En esta misma línea, ahora prestando una especial atención a la perspectiva de los sectores vinculados al modelo de Paraguay 1954-1989, se puede ver cómo éstos han construido y sostenido una narrativa sobre las “Ligas Agrarias Cristianas” basada en predicados que tienen como núcleo a determinados conceptos calificadores como “populista”, “subversiva”, “izquierdosa”, “marxista”, “desestabilizadora” o “trasnochada”[2].
Una excepción a esta regla de “invisibilización intencionada” se puede encontrar en ciertos grupos de historiadores y académicos que sostienen diversas líneas de investigación sobre las Ligas Agrarias Cristianas del Paraguay[3].
En síntesis, la propuesta de Durán Estragó de iniciar sus “memorias” ubicando históricamente al lector es pertinente y razonable, desde el punto de vista metodológico de una historiadora como ella, pero, también, considerando la necesidad de superar el sostenido manto de invisibilización que, hasta hoy, cubre los acontecimientos vinculados a las Ligas Agrarias Cristianas del Paraguay, mirada superadora que permitirá, por ejemplo, que las nuevas generaciones tengan un acceso transparente a la historia reciente del Paraguay[4].
2.2. Ligas Agrarias Cristianas del Paraguay: Concepto
Tomando como referencia lo expuesto por la Dra. Margarita Durán se puede decir que, básicamente, las Ligas Agrarias Cristianas del Paraguay, han sido un movimiento popular y social – cultural y cristiano que nace, se desarrolla y es diezmado, entre los años 1960 y 1980, en el interior profundo del territorio nacional. Estas Ligas se estructuran a partir de comunidades campesinas precarizadas por un modelo económico y político que menospreciaba, amedrentaba y perseguía al agricultor paraguayo[5]. Un modelo discriminatorio real que se contraponía con una retórica romántica sobre la vida campesina, la cual era escrita, cantada y pintada como el acervo de sencillez, sacrificio y abnegación del paraguayo[6].
Aquí es oportuno recuperar algunos de los conceptos básicos que se usaron en el párrafo anterior, con la finalidad de tratar de comprender, con mayor precisión contextual, el concepto de Ligas Agrarias Cristianas del Paraguay.
En primer lugar, es valioso retomar el significado de “movimiento”, pero no con la intención de redactar una definición, sino tratando de ubicar este término en su tiempo histórico. Así, las Ligas se ubican en un contexto epocal autoritario, donde se sostenía con mano de hierro el statu quo, es decir, la orden oficial era “nada se moviliza o cambia” y “nadie se mueve de los parámetros del orden establecido”[7]. Por lo tanto, que un grupo de hombres y mujeres campesinos, cristianos y paraguayos, se reúnan libremente, para generar una propuesta innovadora dentro de la estructura sociopolítica del régimen, era una acción impensable e inaceptable. Hecha esta salvedad, aquí cabe citar a la misma Durán Estragó cuando desarrolla el concepto de “movimiento” en las Ligas:
“Varios de los afectados por el problema de la tierra tuvieron la oportunidad de participar en los debates (…) resolvieron reunirse mensualmente (…) comenzaron a distribuirse en grupos para trabajar juntos la tierra y dialogar durante el trabajo (…) Los temas sobre los que conversaban se centraban en la importancia del acuerdo mutuo en la adversidad de la vida, el amor entre hermanos y en cómo mejorar la unidad que se estaba iniciando (…) los campesinos se reunieron en Santa Rosa y fundaron la Liga Agraria Cristina en 1961”[8].
Este es un “movimiento” que no surge de una comunidad “alienada” o “ideologizada”, sino que es el resultado de una “praxis” comunitaria consciente.
“Las Ligas Agrarias fue una organización que brotó de la práctica de concienciación profunda, y cuyo resultado fue poner en marcha una reacción frente a la realidad”[9]
En segundo lugar, como parte de ese “movimiento de cambio”, está la idea de lo “social”, como motor de una propuesta convocante, incluyente y justa de “cambiar para mejorar” las condiciones de vida de los paraguayos y las paraguayas, comenzando por la propia comunidad, para luego proyectarse a contextos más amplios.
“Se trataba de iniciar juntos una nueva vida. Era como el comienzo de un nuevo amanecer (…) se discutió la necesidad de transformar las estructuras políticas para encontrar soluciones a los problemas campesinos (…)”[10]
En tercer lugar, las Ligas fueron un espacio de recuperación y puesta en valor de la “cultura” de los campesinos paraguayos, principalmente a través del uso del guaraní en la educación escolar, en convivencia con el castellano[11]. Luego, en el día a día, se fueron recuperando otras prácticas como las “mingas, costumbre guaraní de juntarse varios hombres a trabajar en una chacra y después en otras y así sucesivamente”[12]; a partir de experiencias como esta se desarrolló un estilo propio de gobernanza, el cual era “muy sencillo, no tenía dirigentes permanentes, todos eran responsables de la marcha de la misma. En cada reunión, ya sea de base, local, regional o nacional se nombraba un coordinador y un secretario, cargos que terminaban una vez acabada la reunión”[13]. Además, se generaron muchos otros aportes culturales en el ámbito de la música popular, el teatro en lengua guaraní y la recuperación de la medicina tradicional o el cultivo ecológicamente sustentable.
Finalmente, para entender a las Ligas Agrarias Cristianas del Paraguay, se debe prestar atención al concepto de lo “transcendental”, entendido este como una “mirada superadora de aquello que parece simplemente dado” o como la “búsqueda de lo significativo detrás de lo aparentemente habitual o corriente”[14]. Dicho de otra forma, lo “trascendental” (que transciende el orden impuesto) de las Ligas Agrarias Cristianas se comprende cuando se ubica a este concepto en el Paraguay de 1954-1989, caracterizado por su status quo, su orden establecido por el único líder y su segmento social beneficiado por un régimen autoritario[15]. Un Paraguay donde el “transcender” significó tomar una actitud consciente de carácter crítico y liberador, asumiendo posturas que iban más allá de los determinismos de origen cultural, económico o étnico; generando una disposición de inconformismo social ante las segmentaciones jerárquicas de clase sostenidas por la idea de que “así nomás siempre fueron las cosas”.
“(…) tuvieron la oportunidad de participar en los debates preguntando si los problemas concretos que padecen los agricultores tienen algo que ver con la religión y en caso afirmativo, señalaron la conveniencia de que la misma se encarnara en la vida de los agricultores ‘tomando al pobre -dijeron- desde la punta de los pies hasta la punta de los cabellos’”[16]
“Ya en la segunda etapa el objetivo básico giró en torno a la liberación del hombre: liberación del pecado social, del engaño y de la explotación del hombre por el hombre (…) Se pretendía dar a los niños una educación liberadora a partir de su realidad campesina y de la fe cristiana”[17]
A modo de cierre de este apartado 2.2., retomando las citas del libro de Durán Estragó, se puede afirmar que las Ligas Agrarias Cristianas del Paraguay fueron un movimiento social, cultural y transcendental, que se dio en un país de América del Sur, durante uno de los periodos autoritarios más prolongados de la región y que, dado el impacto que estaba teniendo esta organización, sus integrantes fueron “anulados” (perseguidos, encarcelados, exiliados o asesinados) por los grupos de poder que sostenían el modelo político, social y económico imperante en las décadas 1960-1980[18].
2.3. Ligas Agrarias Cristianas del Paraguay: Disrupción
La presentación que hace la Dra. Margarita Durán Estragó de este movimiento popular y social – cultural y cristiano, no aparenta ser un planteamiento de corte “modélico” o “paradigmático”, tampoco parece ser una mirada de “retrovisor idílico” de los buenos tiempos idos, ni se presenta como un informe sobre una “buena práctica” de un laboratorio social. Entonces ¿cómo entender esta presentación de las Ligas que hace Durán Estragó?
En primer lugar, esta decena de páginas de las “memorias” muestran a una organización cuyo nacimiento, desarrollo y destrucción es socialmente relevante en el marco de la historia democrática reciente de un Paraguay autoritario[19]. En segundo lugar, aunque en el Siglo XXI el peso demográfico-país de la población rural-campesina sea menor que en el periodo 1960-1980, no se puede desconocer la raíz “agraria” de la identidad paraguaya[20]. Finalmente, este movimiento muestra un importante nivel de autogestión, innovación y respuesta ad hoc a realidades concretas que afectan a la persona y el ciudadano[21].
Retomando estos tres elementos, se puede decir que, en “Mis Memorias”, dentro del contexto histórico de aquel Paraguay de 1960-1980, las Ligas Agrarias Cristianas son presentadas como una experiencia “disruptiva” de convivencia democrática y construcción comunitaria de ámbitos, prácticas y acuerdos de una mejor calidad de vida para todos.
Una vez más, aquí, vale aclarar que las Ligas Agrarias Cristianas son “disruptivas” porque producen una “ruptura” conceptual y práctica con el desarrollo del modelo social y económico impuesto por la política de un Estado autoritario y represor instalado en la década de 1950 por una alianza militar, partidaria y socioeconómica[22].
2.4. Ligas Agrarias Cristianas del Paraguay: Oportunidad
El concepto de Ligas Agrarias Cristianas que expone la Dra. Margarita Durán Estragó, como ya se explicó, no se presenta como una invitación a la nostalgia o la idealización de una experiencia modélica, por el contrario, la autora señala con claridad que lo hecho en aquellos años puede ser considerado como algo valido; pero, dado el abrupto final de aquella iniciativa popular, no se tuvo el tiempo suficiente para hacer el monitoreo y la evaluación pertinentes, es decir, quedó inconcluso el proceso[23].
Desde esta perspectiva, la propuesta de Durán Estragó va en la línea de asumir que lo que aconteció con esta organización campesina es parte de la memoria reciente del pueblo paraguayo. Dicho de otra forma, las Ligas son un ámbito de la historia moderna paraguaya y latinoamericana que reúne una sucesión de hechos, causas y consecuencias que son relevantes en el momento de comprender los procesos sociales, culturales, políticos y económicos que explican lo que es hoy el Paraguay[24].
Finalmente, la autora, en su dedicatoria, hace explicita la intención que tiene al publicar estas remembranzas sobre su experiencia con esta organización.
«En memoria del mártir de Piribebuy, Arturo Bernal, dedico MIS VIVENCIAS a todos los integrantes de las Ligas Agrarias Cristianas, en especial, aquellos hombres y mujeres, que encontraron la muerte, la tortura, la prisión o el exilio por el pecado de pretender ‘Vivir como hermanos’.
A quienes todavía transitamos esta vida, nos toca la tarea de mantener viva aquella memoria, para que sea luz en el camino de los que luchan por su liberación y sirva, además, como legado histórico para las generaciones venideras.”[25]
En definitiva, estas “memorias” de mujer, educadora, historiadora, ciudadana y cristiana comprometida con el pueblo paraguayo, se presenta como una oportunidad de seguir recuperando, en este caso, desde una mirada pedagógica, una experiencia valiosa como la Escuelita Campesina de las Ligas Agrarias Cristianas[26]. Experiencia que se suma a otras que hacen a la nueva historia de la educación paraguaya como, entre otras, la Reforma Educativa de 1924 de Ramón Indalecio Cardozo, la Escuela Activa de Ubaldo Chamorro o las buenas prácticas desarrolladas en el ámbito de la educación indígena a lo largo del Programa Escuela Viva “Hekokatúva”[27].
Observación
Estas páginas forman parte de la PARTE 2 de un breve ensayo que se divide en siete entregas sucesivas. El texto completo se encuentra, en formato PDF, en el apartado “Biblioteca” de este Blog.
La foto que se usa en este artículo pertenece al padre José María Blanch (San Sinfo, Caapucú, 1974).
INVITACIÓN A SEGUIR PENSANDO JUNTOS
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[1] Durán Estragó, Margarita (2023). Ligas Agrarias Cristianas. Mis Vivencias. Pp. 13 – 22. Ed. Servilibro
[2] Cfr.: Nickson, Andrew (2014). La guerra fría y el Paraguay. Ed. El Lector
[3] Cfr.: Telesca, Ignacio (2004). Ligas Agrarias Campesinas. 1960-1980 orígenes del movimiento campesino en Paraguay. Ed. CEPAG
[4] Cfr.: Caballero Campos, Herib; González Fretes, Álvaro; Ramírez Machuca, Martín (2022). La enseñanza de la historia del Paraguay en el sistema educativo en el siglo XXI. Webinar de El Nacional 28 de mayo de 2022 https://www.youtube.com/watch?v=lG9k9rpHvI4
[5] Cfr.: Fernández, David (2006). La herejía de seguir a Jesús. Ed. Arandura
[6] Cfr.: Vera, Saro (1996). El paraguayo. Un hombre fuera de su mundo. Ed. El Lector
[7] Cfr.: Nickson, Andrew (1989). El derrocamiento del régimen de Stroessner: ¿restablecer el statu quo? En: Boletín de Investigación Latinoamericana, año 1989, vol. 8, Nº 2, pp. 185-209
[8] Durán Estragó, Margarita (2023). Ligas Agrarias Cristianas. Mis Vivencias. pp. 13 – 15. Ed. Servilibro
[9] Durán Estragó, Margarita (2023). Ligas Agrarias Cristianas. Mis Vivencias. p. 17. Ed. Servilibro
[10] Durán Estragó, Margarita (2023). Ligas Agrarias Cristianas. Mis Vivencias. pp. 15, 19. Ed. Servilibro
[11] Durán Estragó, Margarita (2023). Ligas Agrarias Cristianas. Mis Vivencias. p. 45. Ed. Servilibro
[12] Durán Estragó, Margarita (2023). Ligas Agrarias Cristianas. Mis Vivencias. p. 20. Ed. Servilibro
[13] Durán Estragó, Margarita (2023). Ligas Agrarias Cristianas. Mis Vivencias. p. 17. Ed. Servilibro
[14] Cfr.: Bareiro, Víctor (1991). Los movimientos campesinos y las Ligas Agrarias. Ed. SEAS
[15] Cfr.: Caravias, José Luis (1975). Liberación Campesina. Ligas Agrarias del Paraguay. Ed. Zero
[16] Durán Estragó, Margarita (2023). Ligas Agrarias Cristianas. Mis Vivencias. p. 14. Ed. Servilibro
[17] Durán Estragó, Margarita (2023). Ligas Agrarias Cristianas. Mis Vivencias. p. 19. Ed. Servilibro
[18] Cfr.: Comisión Nacional de Rescate y Difusión de la Historia Campesina (1993). Kokueguara
Rembiasa. Experiencias Campesinas. Ligas Agrarias Cristianas 1960-1980. IV. Ed. CEPAG
[19] Cfr.: Palau, Marielle; Ortiz, Aristides (2005). Movimientos Sociales y Expresión Política. Ed. CEPAG
[20] Cfr.: Bareiro, Víctor (1997). Notas sobre el proceso agrario paraguayo. Ed. CEP
[21] Cfr.: González, Carlos Alberto; Casaccia, Gladys; Vázquez, Mirna; Velázquez, Celso (1987). Organizaciones Campesinas en el Paraguay”. Ed. CIDSEP
[22] Cfr.: Caballero Aquino, Olga (2003). Por Orden Superior. Testimonios de mujeres víctimas de la dictadura, Paraguay 1954 – 1989. Ed. Servilibro
[23] Cfr.: Boccia Paz, Alfredo (1997). La Década Inconclusa. Ed. El Lector
[24] Cfr.: Campos Ruiz Díaz, Daniel; Borda, Dionisio (1992). Las Organizaciones Campesinas en la década de los ’80, Sus respuestas ante la crisis. Ed. CIPAE.
[25] Durán Estragó, Margarita (2023). Ligas Agrarias Cristianas. Mis Vivencias. “Dedicatoria”. Ed. Servilibro
[26] Cfr.: Valdez-Ayala, Sintya Carolina (2019). Escuelitas Campesinas de las Ligas Agrarias Cristinas. Conciencia social y autoeducación. En: Revista Internacional de Investigación en Ciencias Sociales, vol. 15, Nº 2, diciembre 2019, pp. 240-262
[27] Cfr.: Elías, Rodolfo (2014). Análisis de la reforma educativa en Paraguay: discursos, prácticas y resultados. Ed. CLACSO
2 Comments
Comparto plenamente la recensión de esta obra. Ciertamente, es un tema que todavía es muy actual; tanto el de las Ligas como el de las escuelitas. Todavía sirven de faro para la acción colectiva en Paraguay y América Latina. La contribución cultural del movimiento aún no se ha dimensionado suficientemente. Es preciso seguir profundizando, no sólo en lo que ha dejado para la historia social e intelectual del Paraguay; también es un tema – experiencia muy fecundo para analizar las formas de construcción de la subjetividad en nuestro medio. En este sentido, las herramientas conceptuales y metodológicas todavía requieren de elaboración. Mientras, estas contribuciones son «oro ku’i» para todos
Totalmente de acuerdo contigo Julio, nosotros -desde el Blog- estamos haciendo ese redescubrimiento, en nuestra búsqueda de perfilar una PEDAGOGÍA.py y, aprovechamos, para invitarte a compartir tus ideas en este espacio de encuentro de todos aquellos y aquellas que están interesados en una educación con acento paraguayo.