Todos tenemos Derecho a APRENDER SIN MIEDO. Pasos dados por la PEDAGOGÍA.py en la primera década del Siglo XXI (PARTE 2/3)
El Paraguay, a partir de la década de 1990, comenzó a transitar una prolongada transición política y socioeducativa, intentando dejar atrás un modelo de gobierno opresor y un sistema educativo autoritario, para llevar adelante un proceso de construcción democrática, donde el maltrato, la violencia o la disciplina del miedo ya no tienen lugar en la escuela pública paraguaya. La Campaña “Aprender sin miedo” fue parte de este transitar hacia una PEDAGOGÍA.py que tiene al bienestar integral del ser humano como su horizonte central.
Redactado por @MiradasPedagogogicas.py651_210 | 9 noviembre 2023
Conceptos Claves: Comunidad – Educación – Escuela – Niñez – Violencia
PARTE 2/3 «Presentación técnica de la Campaña “Aprender sin Miedo”»
4. El Modelo Pedagógico propuesto con la Campaña “Aprender sin miedo”
4.1. ¿Modelo Pedagógico…?
Desde la praxis, cuando se habla de un “modelo pedagógico” se está haciendo referencia a una propuesta concreta de estructuración sistemática de las finalidades, los procesos y medios de formación del ser humano[1]. Así, un modelo pedagógico es un planteamiento educativo intencionado que está consistentemente fundamentado, argumentado y diseñado, de tal forma a que pueda sustentar y dotar de sentido a acciones que tengan por finalidad generar las condiciones necesarias para que las personas se formen integralmente[2].
A partir de esta conceptualización, a continuación, se reseñan aquellos elementos de la Campaña “Aprender sin miedo” que permiten ver a esta iniciativa dentro de una configuración pedagógica propia.
Así, este proyecto, implementado en el contexto paraguayo, se configura como un camino plausible para identificar y comprender algunos de los rasgos particulares de lo que se puede denominar como PEDAGOGÍA.py[3], en diálogo con otros modelos educativos regionales[4] que, también, estaban trabajando en diversas iniciativas vinculadas al maltrato y la violencia infantil[5].
A continuación se propone una serie de preguntas generadoras[6], las cuales on muy útiles para identificar y evidenciar elementos, componentes y principios que permiten poner en valor a una experiencia escolar llevada adelante en el sistema educativo paraguayo en la primera década del Siglo XXI. Cabe aclarar que, esta especie de cuestionario se trabaja a partir de la información sistematizada sobre el proyecto que está contenida en la publicación “Aprender sin miedo. La experiencia en Paraguay”[7], publicación del MEC del año 2012.
A cada pregunta generadora, se responde desde un relato de lo que se hizo en el contexto de la Campaña, lo cual permite ver el Modelo Pedagógico aconteciendo en la práctica, dentro de las comunidades y a partir de las diferentes interacciones de los distintos actores involucrados en esta iniciativa pedagógica.
4.2. ¿Por dónde comenzar en un proceso pedagógico?
La respuesta a este interrogante, en el caso de “Aprender sin miedo”, significó tomar como punto de partida la conformación de equipos técnicos colaborativos, los cuales llevaron adelante, con las comunidades escolares, procesos educativos centrados en la generación de vínculos, contextos de confianza y trayectorias de aprendizaje, a partir de un reconocerse, pensarse y hacer juntos como alumnos, docentes, directivos y familias[8].
En este sentido el Ministerio de Educación y Ciencias (MEC) conformó cuatro equipos integrados por seis especialistas en las áreas de educación y de psicología, los que se trasladaban periódicamente de Asunción a los Departamentos de Paraguarí, Guairá, Caaguazú, San Pedro y Presidente Hayes.
En las escuelas, estos equipos técnicos estaban con la gente, dialogando con los diferentes actores de la comunidad, mientras realizaban observaciones de los procesos educativos en el aula. Luego, a partir de lo veían y de lo dialogado con los docentes, organizaban, con éstos y los alumnos, diferentes propuestas metodológicas y conceptuales para “aprender sin miedo”, por ejemplo, se hacían talleres, encuentros experienciales, sesiones de debates, círculos de aprendizaje y reuniones de retroalimentación[9]. Todas estas trayectorias y actividades eran sistematizadas mediante anecdotarios, bitácoras de diálogo, planillas estandarizadas de registro y, posteriormente, los resultados del monitoreo se usaban para elaborar materiales didácticos o motivacionales, los cuales se testeaban en nuevas intervenciones en el aula, para, posteriormente, ser socializados con otras instituciones[10].
Entonces, desde una perspectiva pedagógica, la Campaña comenzaba a partir de la conformación de un equipo de trabajo, el cual iba a las comunidades, tomando contacto con la realidad y los actores, para luego proponer intervenciones orientadas a “aprender sin miedo” y, posteriormente, en base a la sistematización de las experiencias, se diseñaban nuevos prototipos de intervención y, éstos, se compartían con otras escuelas que formaban parte del proyecto[11].
4.3. ¿A qué prestarle atención durante un proceso pedagógico?
La respuesta a esta interrogante, desde la Pedagogía y “Aprender sin miedo”, es sencilla y básica, lo fundamental, en todo proceso y actividad de la Campaña, era estar “atentos a las personas”, a sus realidades, contextos y expectativas ante la violencia y el maltrato[12].
Al prestarle atención a las personas en sus contextos y vínculos, la Campaña, desde un primer momento, dejó en evidencia que tanto docentes como alumnos e, incluso, madres vivían situaciones de vulnerabilidad socioemocional sumamente complejas, que iban desde el hostigamiento, hasta el abuso y la violencia física[13].
Dada esta situación, se hizo evidente que, antes de comenzar a «capacitar al educador», para que este educador trabaje con la gente situaciones de maltrato o violencia, lo primero era abordar con los adultos (maestras, directores y familias) sus propios miedos, desánimos o ansiedades, frente a un contexto institucional o comunitario hostil[14]. Siendo realistas, fue incuestionable el hecho de que a un niño que aprende con miedo, en muy poco le podía ayudar una persona que no sabe manejar sus propias situaciones de agresión o temor. En otros términos ¿cómo exigirles a las maestras o los maestros que les den a sus alumnos y alumnas aquello que ellos y ellas carecían o padecían?[15]
De esta forma, con una mirada pedagógica sintonizada con la realidad, la Campaña puso énfasis en comprender a la persona en su contexto, adaptando -posteriormente- el cronograma de actividades a las prioridades emergentes de lo vivido por los sujetos. Esto no significó hacer menos, sino, por el contrario, implicó diversificar y ampliar las intervenciones, de tal forma a que estas acciones le permitieran al adulto abordar sus miedos y, al mismo tiempo, apropiarse de herramientas para poder trabajar los temas de maltrato y violencia con el niño o la niña que estaba en su zona de influencia pedagógica[16].
4.4. ¿Desde dónde trabajar pedagógicamente con la gente?
Un principio básico de la Pedagogía es que «se trabaja con quien está frente a uno» y que se busca generar «todas las condiciones que sean necesarias» para que ese sujeto real y concreto, se forme integral y plenamente[17]. Dicho de otra forma, no se espera a tener las circunstancias ideales para educar, sino que se van creando los mejores ámbitos posibles para que se desarrollen procesos educativos de calidad, por eso es vital tener «ojo del pedagogo» para identificar aquello que es lo fundamental y saber diferenciarlo de lo accesorio[18].
En este sentido, “Aprender sin miedo” partió de los miedos vivenciados cotidianamente por los alumnos, las alumnas, sus educadores y sus familiares, especialmente, por las madres[19]. Estos temores fueron trabajados tanto desde lo socioemocional como desde un Enfoque de Derechos, donde a la persona, en cuanto ser humano, se le debe garantizar el acceso a la protección que brinda la sociedad y el Estado, a sus miembros, sin importar su edad o condición, ante situaciones de violencia y maltrato[20].
Recuperando la memoria de lo hecho, es posible afirmar que se trabajó partiendo de las necesidades explicitadas públicamente por los diferentes actores vinculados a las instituciones educativas que participaron de la Campaña, atendiendo a sus contextos culturales y a las etapas evolutivas en que éstos se encontraban. Se produjeron y entregaron materiales impresos, lúdicos e interactivos, con información centrada en los Derechos de los Niños y Adolescentes[21], en la resiliente activa y en el desarrollo de capacidades para enfrentar positivamente situaciones de violencia y maltrato en la escuela, el hogar y la comunidad. Igualmente se diseñaron, imprimieron y distribuyeron cartelería, brochure y flyers de difusión los principales postulados de la Campaña[22].
Este punto de partida de “Aprender sin miedo” llevó a que la Campaña desarrollara propuestas pedagógicas que siempre se referenciaban a experiencias que operaban bajo el principio de que no se trataba sólo de que se conozcan cuáles eran los “Derechos”, sino que el maltrato y la violencia debían ser trabajados socioemocional y culturalmente, para que su presencia y erradicación fueran asumidos conscientemente en la práctica cotidiana, dentro y fuera del aula; para que niños y adultos defiendan y promuevan el “vivir sin miedo” en la comunidad educativa local[23]. Dicho con otras palabras, no se daban discursos, buenos conceptos y moralejas sobre el maltrato infantil, sino que se empoderaba a niños, niñas, docentes y madres frente a personas o grupos que usaban la violencia en contextos educativos o familiares. Esto sólo era posible a partir de un abordaje vivencial de la autoestima y las habilidades socioemocionales. La Campaña sostuvo un modelo pedagógico que estaba orientado a que los participantes vivenciaran espacios y dinámicas de superación personal, donde podían reconocerse como seres humanos con Derechos; donde ser niños y niñas implicaba tener derecho a equivocarse, a jugar y a crecer en libertad; donde los docentes tenían derecho a trabajar sin sufrir presiones laborales, políticas o sexuales[24].
4.5. ¿Con qué horizonte de metas pedagógica trabajar?
Toda acción pedagógica es intencionada, es decir, tiene consciencia de un “hacia donde vamos” y “por qué nos dirigimos hacia ese horizonte”[25], en este sentido “Aprender sin miedo” era una Campaña que le proponía a la comunidad trabajar un proceso educativo que pudiera contribuir a la erradicación del maltrato y la violencia en las escuelas, ya sea en lo que atañe a la relación docente – alumnos como a las interacciones de alumnos – alumnos; familia – alumnos y, en general, adultos – niños, niñas y adolescentes.
A partir de esta meta, de carácter amplio, surgían hitos previos que se deben ir alcanzando en el proceso como, por ejemplo, los siguientes[26]:
a) que la comunidad educativa sea un lugar donde los niños, niñas y adolescentes se sientan protegidos ante cualquier forma de maltrato y que, así, puedan aprender sin miedo;
b) que los maestras, maestras y directivos desarrollen la habilidad de reconocer las situaciones de maltrato y tengan herramientas para proteger a las niñas, niños y adolescentes;
c) que los diferentes actores y sujetos de la institución educativa sean empáticos y resilientes con la promoción de los Derechos del Niño y la Niña, promoviendo espacios de diálogo y confianza;
d) que cada persona vinculada al tiempo y espacio escolar tenga conocimiento y claridad sobre a quién y dónde recurrir en caso de violencia o maltrato hacia las niñas, niños y adolescentes;
e) que las autoridades institucionales, ministeriales y gubernamentales reconozcan y apliquen el marco legal y las políticas públicas existentes para proteger y promover los Derechos de las Niñas y los Niños;
f) finalmente, que los niños, niñas y adolescentes se apropien conscientemente de sus Derechos y que sean los primeros en impedir el maltrato, acoso o abuso contra ellos y ellas.
En resumen, se puede decir que, la Campaña “Aprender sin miedo” pretendía tanto concienciar como activar a la comunidad, para que ésta pueda reconocer las situaciones de maltrato y violencia infantil, de tal forma a que, en base a la normativa vigente y a los Derechos de las Niñas y los Niños, se pudiera accionar proactiva y efectivamente en defensa del niño, adolescente, joven o adulto que “vivía con miedo” [27], dentro o fuera del aula.
4.6. ¿Quiénes garantizaban la puesta en práctica de esta propuesta?
En un sistema educativo, como el paraguayo, desde un principio, quedó claro que se necesitaba que las máximas instancias de gobernanza del MEC[28] asumieran como propia esta Campaña y por eso la coordinación central del proyecto dependía del gabinete del ministro de educación, en coordinación con las otras instancias nacionales e internacionales vinculadas a esta iniciativa.
Entonces, la garantía de que esta propuesta se pusiera en práctica estaba dada por el hecho de que los principales referentes del MEC entendieran y apoyaran tanto los objetivos como la forma de trabajo que proponía “Aprender sin miedo”. Este compromiso se materializaba mediante reuniones de alta gerencia, mesas informativas, capacitaciones y talleres donde se socializaban los procesos y logros de la Campaña.
Igualmente, esta práctica se llevaba adelante en cada institución educativa, donde se conformaba un equipo impulsor, liderado por el director o la directora de la escuela. Este grupo de trabajo asumía la tarea de implementar la Campaña, con la finalidad de afianzar una práctica educativa paraguaya donde se aprenda “sin miedo”. Esta instancia, estaba integrada por directivos, docentes y familias, porque sólo así era factible instalar, mediante la colaboración de todos y todas, una Campaña que comprometiera «efectivamente» a la comunidad educativa con procesos de erradicación del miedo y el maltrato de las aulas, los patios y las casas donde se educaban los niños, niñas y adolescentes[29].
4.7. ¿Cuál era la didáctica de este proceso?
Ciertamente que es factible comprender y adherir a los postulados y principios de la Campaña “Aprender sin miedo”, pero igualmente caben interrogantes pedagógicos en el orden de «¿cómo se hace esto en la práctica escolar?» o «¿cuál es la propuesta didáctica de este proyecto?».
Básicamente, el enfoque didáctico de la Campaña, como se deduce de los ítems previos, se centró en una propuesta orientada a intervenciones experienciales, implementadas mediante talleres colaborativos, donde se facilitaba el compartir las propias vivencias; permitiendo a los docentes, niños, niñas, adolescentes y familias expresarse sobre aquello que les generaba miedo, desde situaciones de maltrato, acoso o violencia; para, luego, mostrar en qué consistía el Enfoque de Derecho y desde esta perspectiva se proponía abordar el tema del desarrollo personal, a partir de la apropiación de herramientas vinculadas a la autoestima, la resiliencia y el empoderamiento como ser humano[30].
Este formato didáctico trabajaba dentro de un «enfoque coparticipante», donde las personas se formaban «formándose» con los otros, es decir, al trabajar cada individuo su realidad o miedo subjetivo, éste contribuía efectivamente a que el grupo «se» forme, lo cual llevaba a que «mi superación personal» sea parte de las posibilidades de «superación particular del otro».
4.8. ¿Cómo era la trayectoria metodológica que seguía esta didáctica?
La Campaña contaba con un formato metodológico que desarrollaba la idea de “sentarse todos juntos a entender y buscar soluciones para una determinada situación de violencia, maltrato o miedo”. Este “sentarse” era literal, ya que se organizaban espacios de encuentro, donde alrededor de una mesa colaborativa, se congregaban los diferentes actores institucionales y, juntos, compartían actividades reflexivas, lúdicas, interactivas y resilientes, realizadas con la finalidad de que todos comprendieran que, para erradicar el miedo de la escuela, primero había que abordar los propios miedos y sus causas en la propia vida de cada uno[31].
Este enfoque llevó a que, los adultos compartieran abierta y espontáneamente sus vivencias, dado que las conversaciones y los ejercicios propuestos permitían un abordaje «socioemocional» del maltrato; facilitando que las personas, poco a poco, a medida que ganaban confianza, comenzaran a compartir vivencias propias de acoso o violencia, ya sea en el ámbito educativo, laboral o familiar.
En este sentido, la metodología de “pasar por la experiencia” de aquello que se propone “enseñar”, mostró ser la clave para motivar y formar a los educadores como agentes de los derechos de los niños, niñas y adolescentes; porque, luego, ese docente o esa madre, desde su propia vivencia[32], podía liderar intervenciones didácticas similares en el aula con los niños, niñas y adolescentes, generando procesos significativos que rompían con la lógica clásica de dar contenidos en clases frontales para que los chicos memoricen conceptos, sobre los cuales, finalmente, son evaluados, para que lleven tal o cual nota a la casa.
Con las familias, la Campaña trabajó a partir de la formación de capacitadores, los cuales estaban en cada localidad, con la tarea de organizar y realizar actividades sistemáticas de “Aprender sin miedo”, las cuales llegaron a beneficiar a unos cinco mil padres y madres de familia. Estas actividades consistían, básicamente, en encuentros experienciales, en las escuelas, al final de la tarde, con una duración de entre dos y tres horas. Lo que se hacía con las familias estaba organizado en torno a la idea de que los padres pudieran interactuar entre sí y con los docentes[33]; compartiendo juntos un mismo punto de interés: el bienestar de los niños, niñas y adolescentes, que tenían derecho a educarse, en la escuela y en la familia, sin «miedo».
4.9. ¿Con qué medios didácticos se llevaba adelante esta metodología?
Como ya se explicó previamente, el enfoque y la metodología de la Campaña “Aprender sin miedo”, llevó a que los mismos actores implicados en el proceso, a partir de sus experiencias y en forma colaborativa, fueran produciendo, adecuando o mejorando los materiales didácticos de este proyecto[34], de los cuales el repositorio del MEC conserva los siguientes: “Referencias para aprender sin miedo. Material de apoyo para docentes”; “Manual Didáctico para la prevención e intervención del acoso escolar”; “Guía de Actividades para la prevención e intervención del acoso escolar. Nivel Inicial”; “Guía de Actividades para la prevención e intervención del acoso escolar. Primer Ciclo”; “Guía de Actividades para la prevención e intervención del acoso escolar. Segundo Ciclo”; “Guía de Actividades para la prevención e intervención del acoso escolar. Tercer Ciclo”; “Guía de Actividades para la prevención e intervención del acoso escolar. Nivel Medio”; “Manual Educando desde Nuestro Rol”; “Manuales para Desarrollar Talleres con Docentes”; “Protocolo de atención en Instituciones Educativas para casos de violencia entre pares y/o acoso escolar” y “Folletos, cartillas y brochures bilingües de difusión de Aprender sin Miedo”[35].
Como ya se dijo, todos estos insumos eran el producto de procesos de investigación-acción, de reflexión colaborativa y de una elaboración comunitaria asistida por técnicos. Así, por ejemplo, los integrantes de los cuatro equipos técnicos de la Campaña construían las Guías o Manuales, con el acompañamiento de especialista, teniendo como fundamento conceptual la propuesta temática de “Aprender sin miedo”. Estos materiales didácticos se elaboraban en un lenguaje accesible al público que iba dirigido, en el marco de un enfoque metodológico dinámico y participativo, que tenía como principio el abordar los temas propuestos desde una mirada empática y resiliente de los procesos educativos que se podían ver afectados por situaciones de violencia o maltrato[36].
Cabe señalar que, todo recurso que era producido en esta dinámica colaborativa, a partir de la experiencia, antes de ser impreso o puesto a disposición de la gente, era probado y mejorados en talleres de validación dentro de las comunidades, en estrecha colaboración con los docentes y las familias del lugar; pero, aun antes de ser puestos en práctica, en dichos talleres, se hacían experiencias empíricas de laboratorio, probando estos recursos didácticos con grupos de funcionarios del MEC central o con voluntarios de las escuelas de Capital[37].
Dicho de otra forma, a modo de cierre de este apartado, lo producido por la Campaña “Aprender sin miedo”, como insumos didácticos o materiales de trabajo, no eran el producto de hacer solitario de «gabinete» o «escritorio», alejados de la realidad de los protagonistas, sino que era una producción propia, paraguaya, desde la vivencia contextualizada y en diálogo con los aportes de los participantes y los especialistas[38].
4.10. En síntesis…
A lo largo de este relatorio, escrito en base a los datos proveídos por el informe del año 2012 “Aprender sin miedo. La experiencia en Paraguay”, mediante preguntas generadoras de orden pedagógico, se fueron exponiendo diversos argumentos en torno a la trascendencia y significancia de la Campaña “Aprender sin miedo”, un proyecto que se llevó adelante en el Paraguay, en respuesta a la realidad y problemática del “miedo” que genera el maltrato y la violencia infantil[39].
Este ejercicio de repasar sistemáticamente los principales aspectos pedagógicos de la Campaña, desde una mirada experiencial, permite comprobar que en “Aprender sin miedo”, a partir de una praxis, llevada adelante en Paraguay, se pueden inferir algunos de los elementos que hacen a un modelo educativo coherente, capaz de responder consistentemente a cuestiones pedagógicas básicas como ¿qué enseñar? ¿a quién? ¿mediante quiénes? ¿con qué medios? ¿cuándo? ¿en qué acuerdos basarse?
Así, lo relatado hasta aquí permite perfilar, en parte, la identidad de una PEDAGOGIA.py que pone énfasis en la hipótesis de que es posible, desde comunidades en territorios concretos, dar respuestas educativas -inculturadas y oportunas- a las situaciones existenciales de niños, niñas, adolescentes y adultos que viven con miedo por razones de maltrato o violencia.
En este sentido, cabe señalar que esta Campaña reafirma, conceptualmente, la idea de una PEDAGOGIA.py, la cual busca responder a las demandas de un ser humano complejo, que necesita de procesos educativos integrales para formarse. ¿Cómo? Pues, mediante trayectorias curriculares que se generen en escuelas paraguayas que sean una comunidad educativa, con una visión superadora de esa aula que antes de 1989 era vista como una simple cadena de ensamblaje en serie, es decir, un «aula-fábrica» donde alumnos y alumnas eran formateados como mano de obra o electores de un único líder; niños y niñas a los cuales había que transferirles un canon de contenidos homogéneos, para que luego, como adultos, cumplan tal o cual rol estándar en el engranaje social.
Así, dentro de una mirada de PEDAGOGÍA.py, “Aprender sin miedo” ha sido una contribución a que la escuela pública, en el Paraguay, se encamine a ser un espacio y tiempo pedagógico, donde la persona del niño, niña o adulto es la prioridad; lo que permite, por ejemplo, que si un alumno o docente «tiene miedo», la comunidad pueda reaccionar y accionar, usando las herramientas adecuadas, las cuales -en parte- son facilitadas por la Campaña.
Dicho de otra forma, es una realidad que el niño o el adulto viven experiencias de «miedo», por diversos motivos y en distintas circunstancias, siendo una de ellas el maltrata o la violencia, que se pueden dar en el aula, la calle o el hogar. Este «miedo» genera un contexto emocional y social que, naturalmente, impiden el aprendizaje y el desarrollo integral de la persona. En este contexto de temor y vulnerabilidad, la PEDAGOGIA.py, según muestra este relatorio, es una forma de intervención orientada a un “aprender sin miedo”. PEDAGOGIA.py, dentro de la lógica de la Campaña “Aprender sin miedo”, es una «intervención intencional» desarrollada por docentes paraguayos, los cuales fueron acompañados por los equipos técnicos del MEC y las familias de los alumnos y alumnas beneficiarios de esta iniciativa educativa.
A modo de cierre de este apartado, cabe reiterar que la Campaña “Aprender sin miedo”, a pesar de ser una buena práctica y de haber contribuido positivamente a la labor de los docentes en el aula, no es “EL” modelo educativo paraguayo, pero, si es una buena pista para ir conociendo, desde la praxis, lo que significa PEDAGOGÍA.py
Observación
Estos ítems integran la PARTE 2 de un relatorio que se divide en tres entregas sucesivas [Parte 1: Sentido de volver a mirar la Campaña “Aprender sin Miedo”; Parte 2: Presentación técnica de la Campaña “Aprender sin Miedo”; Parte 3: Aprendizajes que dejó la Campaña “Aprender sin Miedo”]. El texto completo se encuentra, en formato PDF, en el apartado “Biblioteca” de este Blog.
INVITACIÓN A SEGUIR PENSANDO JUNTOS
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[1] Cfr.: Tünnermann Bernheim, Carlos (2008). Modelos educativos y académicos. Pp. 35 – 42. Ed. Hispamer
[2] Cfr.: Zubiría Samper, Julián (2014). Los modelos pedagógicos. Hacia una pedagogía dialogante. Ed. Magisterio
[3] Cfr.: Chamorro, Ubaldo; Perrota, Inés (1996). Hacia un Movimiento Pedagógico Nacional. Más allá de la reforma. Ed. Tape’a
[4] Cfr.: Plan Internacional (2010). Aprender Sin Miedo. Reporte del progreso de la campaña. Ed.
[5] Plan Internacional (2008). Aprender sin miedo. p. 7. Ed. Plan Limited, Chobham House
[6] Cfr.: Maletta, Héctor (2009). Epistemología aplicada. Metodología y técnica de la producción científica. Pp. 257 – 334. Ed. CIES-CEPES-UP
[7] MEC, PLAN, OEI (2012). Aprender sin miedo. La experiencia en Paraguay. Ed. MEC
[8] Cfr.: SNNAPARAGUAY (26 abril 2009). Aprender sin miedo. https://www.youtube.com/watch?v=vaGzqocufjo
[9] Cfr.: Ministerio de Educación y Ciencias (2011). Construyendo espacios educativos para una vida sin violencia. Ed. MEC
[10] Cfr.: BECA-GIZ-UNICEF-MEC (2011). Informe final Sistematización de las intervenciones e iniciativas de prevención de la violencia en el ámbito educativo. Ed. MEC
[11] Cfr.: Ramírez, Enid; Rojas, Rosario (2014). El trabajo colaborativo como estrategia para construir
Conocimientos. En: Revista Virajes, Universidad de Caldas, vol. 16, Nº. 1, pp. 89 – 101
[12] Cfr.: Mujica, Rosa María (2002). La metodología de la educación en derechos humanos. En: Revista del Instituto Interamericano de Derechos Humanos, vol. 36, pp. 341 – 364
[13] CDIA (27 abril 2011). Paraguay: Violencia hacia los niños, niñas y adolescentes https://www.cdia.org.py/2011/04/27/paraguay-violencia-hacia-los-ninos-ninas-y-adolescentes/
[14] Cfr.: MEC (2010). Guía de actividades para la prevención e intervención del acoso escolar. Nº 3, Segundo Ciclo. Ed. MEC
[15] Cfr.: Díaz Torres, Juan Manuel; Rodríguez Gómez, Juana María (2010). El papel del docente en las situaciones de violencia escolar. En: Revista Latinoamericana de Estudios Educativos, vol. 40, Nº 1, pp. 53 – 68
[16] Cfr. Ceballos, Esperanza, Correa, Nieves, Rodríguez, Juan y Rodríguez, Guacimara (2007). Estudio exploratorio del conocimiento del profesorado de educación infantil y primaria para la identificación del maltrato infantil desde la escuela. En: Revista QURRICULUM, Nº 20, octubre, pp. 107 – 118
[17] Cfr.: Kant, Immanuel (2009). Sobre Pedagogía. Ed. Universidad Nacional de Córdoba
[18] Cfr.: Zambrano Leal, Armando (2009). La pedagogía en Phillipe Meirieu: tres momentos y educabilidad. En: Educere – Universidad de los Andes, vol. 13, Nº 44, enero-marzo, pp. 215 – 226
[19] Cfr.: Ayala-Carrillo, María del Rosario (2015). Violencia escolar: Un problema complejo. En: Ra Ximhai – Universidad Autónoma Indígena de México, vol. 11, Nº 4, julio-diciembre, pp. 493 – 509
[20] Cfr.: Organización Mundial de la Salud (2020). Prevención de la violencia en la escuela. Manual práctico. Sección 4 “Trabajar sobre los valores y creencias con los docentes, y capacitarlos en técnicas de disciplina y gestión del aula positivas”, pp. 38 – 43. Ed. OMS
[21] UNICEF (2006). Convención sobre los Derechos del Niño. 20 de noviembre de 1989. Ed. UNICEF
[22] Cfr.: Plan Internacional (2010). Aprender Sin Miedo. Reporte del progreso de la campaña. Ed.
Plan Internacional (2008). Aprender sin miedo. Ed. Plan Limited, Chobham House
[23] Cfr.: Ministerio de Educación y Ciencias (2020). Manual de promoción del buen trato. Guía para formadores. Ed. MEC
[24] Cfr.: Henderson, Han; Milstein, Mike (2005). Resiliencia en la escuela. Ed. Paídos
[25] Cfr.: Frabboni, Franco; Pinto, Franca (2006). Introducción a la pedagogía general. Ed. Siglo XXI
[26] Cfr.: MEC, PLAN, OEI (2012). Aprender sin miedo. La experiencia en Paraguay. Ed. MEC
[27] Cfr.: Secretaria Nacional de la Niñez y la Adolescencia (2015). Plan Nacional País. Paraguay y la protección de la niñez contra el abuso y todas las formas de violencia. La Nueva Agenda para el Desarrollo Sostenible 2015 – 2030. Ed. SNNA
[28] Cfr.: Ministerio de Educación y Ciencias (2017). Caracterización de directoras y directores de escuelas públicas de Paraguay: entre el discurso y la puesta en acto de la política educativa. Informe de Investigación. Ed. MEC
[29] Cfr.: Organización Mundial de la Salud (2009). Prevención del maltrato infantil: qué hacer, y cómo obtener evidencias. Ed. OMS
[30] Cfr.: Paño Yáñez, Pablo; Rébola, Romina; Suárez Elías; Mariano (2019). Procesos y Metodologías Participativas. Reflexiones y experiencias para la transformación social. Ed. CLACSO
[31] Cfr. Ministerio de Educación y Ciencias (2010). Manual didáctico para la prevención e intervención del acoso escolar. pp. 22 – 25. Ed. MEC
[32] Cfr.: Comité de Latinoamérica y el Caribe para la Defensa de los Derechos de la Mujer (2008). Violencia doméstica en la lupa de los derechos humanos. Nudos y desafíos desde la experiencia de Cladem Paraguay. Ed. Cladem.
[33] Cfr.: Sánchez, José; Ridaura, María; Arias, Cristina (2010). Manual de intervención para familias y menores con conductas de maltrato. Ed. Tirant lo Blanch.
[34] Cfr.: Ministerio de Educación y Ciencias (2011). Construyendo espacios educativos para una vida sin violencia. Ed. MEC
[35] Ministerio de Educación y Ciencias (Internet 2023). Erradicar y prevenir la violencia escolar. En: https://www.mec.gov.py/?ref=294978-publicaciones
[36] Cfr.: Tutores de resiliencia. Dame un punto de apoyo y moveré mi mundo. Ed. GEDISA
[37] Cfr.: Ozollo, Fernanda; Orlando, Marcela (2008). Elaboración de materiales de aprendizaje: de una secuencia líneas a una colaborativa. Ed. UNCuyo
[38] Cfr.: Ministerio de Educación de Chile (2019). Trabajo colaborativo y desarrollo profesional docente en la escuela. Ed. Mineduc
[39] Cfr.: Arrom, Cristina et al. (2022). Indicadores de abuso sexual infantil en niñas y niños de sectores vulnerables del Departamento Central y Asunción. Año 2020. En: Revista de la Sociedad Científica del Paraguay, vol. 27, Nº 2, diciembre, pp. 31 – 43